Eran las 5pm y Leonica estaba sentada en un restaurante, escuchando a la Noirette frente a ella, es decir, Anastasia, su mejor amiga, llover todos los cielos sobre ella.
—No puedo creerte. ¿Cómo pudiste levantar y desaparecer sin decirme nada, tu mejor amiga? Ni siquiera consideraste oportuno despedirte de mí —Anastasia regañaba como había estado haciendo durante la última hora.
El día siguiente después de regresar a Noruega, Leonica había recibido una llamada de Anastasia, quien había escuchado la noticia de Leonardo.
Decir que estaba furiosa era poco decir. Leonica casi pierde el oído en el momento en que contestó la llamada.
Afortunadamente, había encontrado una manera de calmar a la Noirette y le propuso cenar mientras le explicaba su acción anterior.
Anastasia aceptó sin perder un segundo, de ahí el motivo de la situación actual.