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—Si te escuché bien, te negaste a ti misma y a Zafiro y las hiciste disminuir vuestra presencia. Sí, entonces, ¿cómo te funcionó eso?
—¿Así que ahora estás citando al presentador de televisión humano, Dr. Phill? ¿En serio, Tara?
—Era una pregunta legítima. Básicamente te convertiste en otra persona y te rebajaste por un macho, así que pregunto, ¿cómo te resultó eso? Si no aprendes de tus elecciones, las repetirás. No quiero eso para ti.
—No me salió bien. ¿Eso es lo que querías escuchar? —pregunté con un resoplido.
—Sí y no —dijo Tara.
La miré con incredulidad.
—Sí, esa es la respuesta correcta, pero no, en el sentido de que aún no ha quedado registrado en tu cerebro porque si lo hubiera hecho, tu enojo se dirigiría al lugar correcto —dijo Tara con un suspiro.
—Zell, profundicemos. ¿Cuándo fue la última vez que estuviste realmente feliz?
—Honestamente, la última vez que estuve en nuestra manada —dije en un susurro.
—¿Sabes por qué?