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—Nos vemos —murmuró Kyle mientras se daba la vuelta para marcharse.
No volvió la mirada hacia mí y me alegré de que no lo hiciera porque no quería que viera las lágrimas que ahora caían lentamente por mi rostro. Lo observé irse en silencio mientras el mundo a mi alrededor empezaba a desmoronarse. Por supuesto, yo era la única que oía el estruendoso sonido de mi mundo despedazándose.
Levanté la vista al cielo sombrío y me di cuenta de que había empezado a nevar. ¿Quién hubiera pensado que la primera nieve de la temporada, que siempre encontré tan hermosa, podría hacerme sentir tan sola y vacía por dentro como ahora? Abriendo mis manos, miré cómo pequeños copos de nieve caían sobre mis frías palmas. Si Kyle estuviera aún conmigo, estaríamos viendo la primera nieve de la estación juntos, brazo sobre brazo. Mordí mi labio inferior mientras seguía sollozando y llorando.
