—Pasa —escuché la tranquila voz de Lauren llamándome a través de la puerta.
Entré en la habitación, cerrando la puerta con cuidado detrás de mí. Lauren inmediatamente me hizo un gesto para que tomara asiento frente a ella. Asentí y hice lo que me indicaba mientras le ofrecía una sonrisa profesional.
—Hola Karina. Espero no haberte tenido demasiado ocupada estos días —me saludó Lauren con una sonrisa.
—Siempre es un placer trabajar en todos los proyectos que me has asignado —respondí honestamente. Lauren era una buena supervisora y se preocupaba profundamente por el desarrollo de las personas en su equipo.
—Ya veo. Bueno, esto podría parecer un poco repentino pero... a partir de hoy, hemos decidido transferirte a la oficina del CEO —declaró Lauren con una sonrisa radiante.
—¿Perdón? Quiero decir, ¿disculpe? —repliqué en shock, incapaz de ocultar mi confusión.