—¿Te acompaño a la estación más cercana? No está lejos de aquí —se ofreció.
—Eso sería agradable —respondí con una sonrisa.
Me encanta sentir mi mano en la suya mientras caminamos uno al lado del otro. Disfrutaba de su compañía y estaba consciente de cómo me sostenía la mano. Intercambiamos pequeñas charlas y cada vez que él se volvía a sonreírme, mi corazón se aceleraba. Estaba tan enamorada de su sonrisa y probablemente de todo lo demás en él.
—Gracias por acompañarme aquí —dije dulcemente cuando llegamos a la estación.
—Que tengas un buen viaje a casa —dijo Kyle antes de colocar una mano grande sobre mi cabeza.
Ese gesto tierno me puso una sonrisa en los labios, y sentí que mi corazón se aceleraba de nuevo. Realmente sabe cómo llegar a mi corazón. Después de sonreírle, subí al tren y me dirigí a casa. Le hice señas desde la ventana y él respondió hasta que no pude verlo más.
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