—No son asuntos de tu incumbencia. ¡Deja de manchar la reputación de mi futuro esposo! Me voy a casar con Jiang Yexun, y eso es cosa mía. Si te atreves a decir algo innecesario, le diré que venga y te golpee —Su Xiaoxiao, orgullosa, levantó la barbilla, mirando con desdén al hombre que acababa de levantarse del suelo.
—No digas tonterías como esa. Sé que te casas con Jiang Yexun porque tienes miedo de los chismes del equipo de producción. ¿Qué tal si te casas conmigo en su lugar? Crecimos juntos en la misma área residencial, y nuestra conexión de la infancia es fuerte. No me importará si ya no eres pura, y te trataré bien en el futuro —Pan Yongsheng actuó como si no viera cuánto deseaba Su Xiaoxiao casarse con Jiang Yexun, hablando por su propia cuenta.