—Camarada, hola. Quiero comprar treinta huevos, diez kilogramos de harina, dos kilogramos de panceta de cerdo —la mirada de Jiang Yexun barrió el mostrador y, al notar peras y manzanas frescas, añadió—. Y también, deme dos kilogramos de manzanas y dos kilogramos de peras.
—Eso será un total de nueve yuanes y dos centavos, junto con los boletos correspondientes —calculó rápidamente el dependiente.
—¿Podría también traerme dos latas de leche en polvo? —Jiang Yexun contó quince yuanes y dos centavos y los entregó con los boletos.
Después de que el dependiente terminó de empacar, miró a Su Xiaoxiao a su lado y preguntó:
—¿Necesitas algo más?
—Quiero comprar cuatro pilas. Tengo una radio, pero aún no la he sacado para usarla. Y también me gustaría comprar un pedazo de cortina para separar mi cama de la de Dong Jiaxuan —dijo Su Xiaoxiao mientras tomaba dinero y boletos de su bolso.
Sin embargo, Jiang Yexun la detuvo con una mano en su brazo. —Me encargaré de eso.