—Catherine.
Annette pensó un momento y llamó por su nombre a Catherine.
Catherine se detuvo y se giró para mirar a Annette. Todavía había lágrimas en su rostro.
—Le preguntaré a Austin si tiene un puesto adecuado para ti en su empresa. Puedo presentarte en su empresa. ¿Lo aceptarías? —preguntó Annette.
Catherine se quedó atónita un momento. —¿Hablas en serio?
Annette asintió. —Haré todo lo posible. Si no funciona, pensaré en otras formas.
—¿Por qué quieres ayudarme?
—Porque no quiero sentirme culpable.
—¿No dijiste que tenías la conciencia tranquila?
—Antes de conocer tu situación, odiaba lo que habías hecho. Después de todo, es vergonzoso ser una destructora de hogares. Aunque no estaba de acuerdo contigo en eso, lo que hiciste por tu familia me conmovió. Así que estoy dispuesta a ayudarte.
Catherine se ahogó y miró a Annette con gratitud.
Annette vio venir el autobús desde no muy lejos y dijo —Ahora me voy. Te llamaré cuando tenga buenas noticias para ti.
