Annette fue con Roxanne y charló felizmente con ella por un rato.
Ella había estado de mal humor debido a todo tipo de contratiempos. Hoy, finalmente sonrió brillantemente.
—Si tuvieras que darle un regalo a un hombre, ¿qué comprarías? —le preguntó de repente Annette a Roxanne.
—¿Qué? —exclamó Roxanne.
—Me escuchaste —dijo Annette.
—¿Por qué necesitas comprar un regalo para un hombre? —preguntó Roxanne.
Annette sintió un poco de arrepentimiento. ¿Cómo debería explicarlo? Lamentaba haberle preguntado a Roxanne.
—¡Dime la verdad! —le sostuvo el brazo Roxanne y dijo.
—Ya te he contado antes que tengo un hermano. Me ayudó mucho, y tengo que agradecerle.
—Está bien. Soy buena eligiendo regalos para hombres. Solo ven conmigo. Te llevaré a un lugar bonito. Te garantizo que le gustará tu regalo —dijo Roxanne.
Annette siguió a Roxanne a una joyería. Luego, volvió al restaurante italiano que le gustaba a Roxanne.