—Yvette, soy tan bueno contigo.
—Él quería decir que era tan "bueno" con ella que ella abofetearía a Lance en la cara por otro hombre.
—Yvette estaba aterrorizada.
—Ella lo acarició, pero el pene de Lance estaba tan duro y caliente como un pedazo de hierro ardiente.
—Con un sonido desgarrador, Lance le arrancó la ropa a Yvette ferozmente.
—El viento frío soplaba sobre la piel blanca y tierna de Yvette, levantando innumerables olas frías.
—Lance estaba tan enojado que estalló. Sus ojos eran profundos mientras miraba alrededor.
—La cara de Yvette era tan hermosa como la flor del melocotón, y su marca de beso todavía estaba en su delicado cuello.
—Había un poco de rojo en su cuello claro, lo que tentaba el corazón de Lance.
—Su piel era tierna, y un poco de roce dejaría una marca profunda que sería difícil de quitar en unos días.