—El almuerzo con Georgia y Vicky fue encantador; poder hacer lo que yo quisiera sin tener que preocuparme por obedecer órdenes de nadie era encantador.
Sin embargo, la alegría desapareció en cuanto me quedé sola. Mi mente no podía escapar de los pensamientos sobre Ethan.
—¿Cómo podía ser tan desalmado?
No sabía si me sentiría mejor o peor si nunca me hubiese mostrado su gentileza. Él me dio esperanza, pero eso lo empeoró. Jamás nadie me había causado tantas emociones que creía que no podían coexistir - miedo y placer, dolor y... amor.
Las formas suaves en que me tocaba mostraban que le importaba, pero también actuaba como si el afecto que teníamos no fuera más que una transacción comercial.
Desde el primer día que lo conocí, me sentí atraída hacia él. Me salvó, me protegió, y me poseyó. No importaba cuál fuera su decisión, yo estaba tontamente y desesperadamente enamorada de él... incluso si quisiera quitarme la vida.