—¡Talon! —La voz de mi hermana resonó desde el otro lado de mi puerta junto con un golpe, sacándome de mis pensamientos. Rápidamente, abrí la puerta.
Claramente estaba molesta. Antes de que pudiera preguntar qué pasaba, se abrió paso hacia mi habitación.
—¿Qué sucede? —Estaba inmediatamente en alerta máxima—. ¿Pasó algo?
Su expresión era triste y enojada. Sabía que había ido a ver a Rosalía... tenía un mal presentimiento.
—¿Está bien Rosalía?! —Urgí.
—Como si te importara —respondió fríamente, mirándome con una mirada mortal.
—¿Perdón? —Me tomó por sorpresa.
Vicky estaba frente a mí. Era obvio que había estado llorando.
Mi hermana era fuerte y nunca dejaba que nadie la viera desaliñada. Algo terrible debió haber ocurrido.
—¿Es verdad que el plan para Rosalía desde el principio ha sido matarla después de que tenga al bebé? —Esas palabras fueron lo último que esperaba salir de su boca. Las únicas personas que sabían eran Ethan y yo.