—Era tarde en la tarde cuando vi que la costa estaba despejada y decidí ir a casa de mis padres. Pude notar que Warren se había mudado porque la luz estaba encendida en la suite principal.
Tenía la sensación de que Raymond insistiría en que Warren ocupara la mejor habitación de la casa.
Tendría que colarme como un ladrón cualquiera, pero una vez estuviera allí y con Warren, debería estar segura. No creía que los sirvientes rondarían mucho a Warren ya que él fácilmente podría decirles que lo dejaran en paz.
Podía ver a Warren paseándose por la habitación. Cuidadosamente, para no caerme o llamar la atención sobre mí, me acerqué a la ventana de la suite principal. Manteniendo el equilibrio, coloqué mis rodillas en el alféizar y toqué la ventana.
—Saltó un poco cuando me vio y luego corrió a abrir la ventana, ayudándome a entrar —¡Gracias a la diosa que estás aquí! Estaba preocupado. Pareció tomarte un tiempo. ¿Te encontraste con problemas?