La exposición de coches terminó con éxito.
Jackson llamó a Emily muchas veces. Excepto por la primera llamada que fue colgada, el resto fueron directo al buzón de voz ya que su teléfono estaba apagado.
Él persistió en llamar.
Wilson lo observó, sintiéndose ansioso. Pero sabía mejor que nadie que Jackson era como un barril de pólvora, listo para explotar en cualquier momento. Se tocó la nariz, quedándose en silencio al lado, demasiado miedo para hablar.
Las multitudes de la exposición de coches se habían dispersado, y el gerente de ventas entró alegremente a informar. Tan pronto como entró, Wilson lo interceptó, rápidamente cubriéndole la boca y haciendo gestos de silencio.
El gerente de ventas asintió, indicando que entendía, y Wilson lo soltó.
—Todos los coches exhibidos hoy se vendieron. También hubo muchos pedidos nuevos... —El gerente de ventas golpeó entusiasmado la carpeta en sus manos.
Wilson asintió.
