Emily negó con la cabeza, apoyándose en el tronco del árbol mientras se enderezaba lentamente, evitando su contacto. —Estoy bien. Solo necesito descansar un poco... ¿Dónde está Nathan?
—No te preocupes. Se ha ido.
Emily suspiró visiblemente aliviada. —Bien.
Jackson parpadeó, observando su expresión atentamente. —¿Tienes miedo de él?
Emily frunció el ceño, y una expresión de disgusto cruzó su rostro. —No le tengo miedo. Me da miedo volver a involucrarme con él. Si pudiera, no querría volver a verlo nunca más en mi vida.
Jackson se encogió de hombros. —Aunque no sé qué pasó entre ustedes, está claro que tu matrimonio no fue agradable.
—Fue terrible —Emily forzó una sonrisa—. Jefe, gracias. Me has ayudado dos veces. Es gracias a ti que puedo escapar del acoso de Nathan.
Jackson cruzó los brazos con una mirada de suficiencia en su rostro. —Sí, ¿no deberías agradecerme?
—¿Acaso no te acabo de agradecer? —Emily añadió—. Gracias otra vez, Jefe.