Punto de Vista de Kayla
—Harrison... —Abrí mucho los ojos asombrada mientras Harrison, vestido de negro, se acercaba a mí en la oscuridad.
—¿Harrison? —La expresión sorprendida de Rebecca se convirtió en una de miedo.
Su mano levantada permaneció suspendida en el aire hasta que Harrison se plantó frente a ella, y solo entonces reaccionó, atenuando su anterior arrogancia y altivez.
—Harrison, yo... ¿Cómo apareciste de repente aquí?
—Quizás escuché a alguien mencionar mi nombre —dijo Harrison con una sonrisa burlona y fría, sus ojos profundos llenos de intención gélida.
—Tú... —Rebecca tartamudeó nerviosa—. ¿Qué más escuchaste?
—También oí que decías que querías ser mi Luna, ¿no es así?
—Yo... —El rostro de Rebecca se puso instantáneamente rojo, y pareció tímida como una niña pequeña—. No sabía que estabas aquí, Harrison. Tú... no te importa, ¿verdad?
—¿Qué crees?
Antes de que Rebecca pudiera reaccionar, el tono de Harrison ya se había vuelto frío.