Capítulo 40
La perspectiva de Selena
Es tan frío, hace tanto frío, y no puedo evitar temblar.
—¡Detente! ¡Detente! —quería gritar, pero me dolía la garganta y no podía emitir sonido. No podía controlar mi cuerpo...
Lágrimas brotaban. Alguien suavemente secaba mis lágrimas, lo que me recordaba a Stella, la única persona que me había tratado con tanta dulzura.
Mi hermana, te extraño, y el tiempo que pasamos juntas siendo niñas.
Siento como si estuviera en una neblina densa ahora mismo. La imagen delante de mis ojos parpadeaba como una película. Veo a Stella vistiéndome felizmente con su hermosa ropa y joyas, y nunca me acostumbro a mi reflejo en el espejo.