Capítulo 31
Punto de Vista de Selena
Cuando me desperté a la mañana siguiente, como de costumbre, no había nadie en el otro lado de la cama. Pensé que Carlos podría haber ido a hablar con mi padre.
Bajé a desayunar y allí estaba Stella, a quien le gusta dormir hasta tarde, en el comedor. Parece que el matrimonio la ha cambiado mucho.
Stella se acercó y suavemente rodeó mi rostro con sus manos. —¿Cómo te sientes, Selena?
Esquivé sus dedos cremosos. —Estoy bien. Mi cara ya no está roja e hinchada. —Me senté y desdoblé mi servilleta—. ¿Y tú, hermana?
Stella sonrió. —Claro que estoy bien. Solo me asusté un poco anoche y Ryan me consoló durante mucho tiempo.
—¿Qué está pasando, y por qué está tan enfadado nuestro padre? —pregunté.
Stella se encogió de hombros y mordisqueó un pequeño trozo de gofre bañado en salsa de chocolate. —Por nuestro matrimonio.