Punto de vista de Kayla
—Mamá —Daisy se acercó a mí con pasos rápidos y tiró de mi vestido.
—¿Qué pasa, cariño?
Dejé el libro que tenía en las manos, mirando a mi hija, cuyo rostro estaba lleno de curiosidad, lista para enfrentar sus preguntas.
—¿Tuviste una pelea con Nathan, mamá? —Pero esta pregunta me tomó por sorpresa. Me quedé congelada por un momento hasta que Daisy sacudió mi mano, reaccionando finalmente.
Revolté la cabecita de Daisy y le pregunté, —Por supuesto que no. ¿Por qué pensarías eso, mi amor?
—Porque no he visto a Nathan desde hace mucho, mucho tiempo... —Daisy puso cara de disgusto, mostrando un raro gesto de agravio.
—Y ni siquiera me ha llamado. Mamá, ¿ya no le caigo bien a Nathan y por eso no me contacta?
—Claro que no —Sonreí para tranquilizar a mi hija—. ¡A Nathan le gustas más que a nadie! La razón por la que no ha venido desde hace tiempo es porque nos mudamos a este lugar, y no le es conveniente venir.