Después de ver que la agitación finalmente se calmaba, Liang Fei se despidió de Wu Xiaoyi, tomó su nuevo coche y se dirigió de regreso a la empresa.
Conducir un coche nuevo, especialmente uno de ocho millones como este vehículo de lujo, el ánimo de Liang Fei era naturalmente de inmensa emoción. De hecho, no solo estaba emocionado Liang Fei, sino que Xiao Mengyi, que estaba sentada en el asiento del pasajero, también se sentía muy orgullosa.
Después de todo, Xiao Mengyi acababa de graduarse de la universidad, y mientras otros estudiantes universitarios luchaban por encontrar un buen trabajo, ella había tenido la suerte de unirse a Granja Xianhu y conocer a un jefe destacado como Liang Fei.
Y por la forma en que Liang Fei había manejado el incidente anterior, Xiao Mengyi vio sus conexiones, decisión y fuerza. Ella creía que en una era llena de materialismo, tener un jefe como Liang Fei que aún mantenía sus principios era realmente muy raro.
