—Xiaoxin tiene razón, ¡todos apostamos por el número dos para ganar! —Al ver a Fan Xin tomar la delantera e intimidar a la multitud, Shen Ruofeng y Han Yunfan intercambiaron rápidas miradas y siguieron destacando al decir.
—Esto... —El firme apoyo de Shen Ruofeng y Han Yunfan hizo que todos callaran, como cigarras en el frío. Después de todo, todos sabían que tanto Shen Ruofeng como Han Yunfan eran figuras destacadas en este círculo de jóvenes adinerados de segunda generación, ¡nadie podía permitirse ofenderlos!