—Lo siento, Xiaoxiao, en realidad no hay un gran problema. Es solo que mi mamá necesita dinero para los gastos médicos, así que quería pedirte prestados cinco mil yuanes. Pero ya no es necesario; ya he conseguido prestado el dinero —Yuan Shanshan explicó, sintiéndose también culpable por haber preocupado a Che Xiaoxiao.
—¿Lo conseguiste? ¿De quién lo pediste prestado? —Che Xiaoxiao preguntó con curiosidad, ya que Yuan Shanshan solo la tenía a ella como amiga.
—Fue Hao Jian; afortunadamente, él me prestó el dinero —dijo ella.
—Tío, ¿por qué le prestaste dinero a Shanshan? No estarás tramando algo sospechoso, ¿verdad? —Che Xiaoxiao miró a Yuan Shanshan de forma algo sospechosa mientras hablaba:
— Shanshan, ten cuidado, él es un tío bastante baboso, ¡con nada más que lujuria en su mente!
—Tonterías —Hao Jian regañó irritado, esta chica realmente no podía decir nada bueno.