Dryden y el Encuentro con el Emperador de la Humanidad
Era un día cualquiera en el vasto universo de Warhammer, donde las batallas eran tan comunes como las tostadas en el desayuno.
En una de sus numerosas cruzadas, el Emperador de la Humanidad decidió que era hora de enfrentar un nuevo desafío: Dryden, el primordial tirano de las estrellas, había capturado la atención del Emperador, y no había manera de que se le escapara la oportunidad de confrontarlo.
Capítulo 1: El Viaje a Terra
El Emperador se encontraba en su trono dorado, rodeado de sus leales Space Marines, cuando decidió que su próximo destino sería un encuentro con el famoso Dryden.
Con un gesto de su mano, activó un dispositivo que le permitiría teletransportarse al palacio de Dryden, un lugar donde el caos y la tiranía reinaban.
Sin embargo, no había contado con la peculiaridad del teletransporte, que a veces podía resultar un poco… impreciso.
"¿Dónde estoy?" murmuró el Emperador, al aparecer en una sala llena de artefactos alienígenas y un ambiente que olía a pizza con piña.
En ese momento, Dryden entró, luciendo tan imponente como siempre, con su cabello pelirrojo ondeando detrás de él como si estuviera en un comercial de champú.
"¡Ah! El Emperador de la Humanidad!" exclamó Dryden, sonriendo con un aire de superioridad. "Bienvenido a mi humilde morada. ¿Has venido a rendirte o simplemente a morir?"
"Vine a hablar, no a luchar," respondió el Emperador, tratando de mantener la calma mientras miraba alrededor, preguntándose si había alguna forma de salir de allí sin tener que usar su espada.
Capítulo 2: La Charla Inusual
"He oído muchas cosas sobre ti, Dryden," continuó el Emperador, "y la mayoría son bastante preocupantes. Estás conquistando planetas y, según dicen, ni siquiera dejas las sobras de pizza."
Dryden soltó una risa estruendosa. "¡Eso es porque la pizza es demasiado buena para desperdiciarla! Además, tengo un ejército que se alimenta de la desesperación de las almas que conquisto. La pizza es solo un lujo."
El Emperador, sin poder contenerse, se rió. "Quizás deberías considerar una dieta más balanceada. Hay más en la vida que conquistar y comer pizza, amigo."
"Dices eso, pero ¿alguna vez has probado la pizza de tres quesos?" Dryden levantó una ceja. "Es celestial, y eso lo dice un ser primordial."
La conversación continuó por un tiempo, mientras ambos intercambiaban chistes sobre sus respectivas legiones y sus manías. Dryden se burló de la obsesión del Emperador por la "pureza" y cómo su idea de una "raza superior" era simplemente un "concepto de moda".
"¿Sabes?" dijo Dryden, "si alguna vez decides retirarte de la guerra, deberías abrir una pizzería. Llamémosla 'La Pizza del Emperador'."
"¿Qué te parece? 'En cada bocado, la dominación de la humanidad'!" respondió el Emperador, riendo de nuevo. "O podríamos asociarnos. 'Sabe a victoria en cada rebanada'."
Capítulo 3: El Duelo de la Comedia
La charla se tornó en una especie de competencia humorística, donde ambos intentaron superarse en ingenio. El Emperador, haciendo uso de su astucia, lanzó una serie de bromas sobre los Chaos Space Marines.
"¿Sabes por qué los Chaos Space Marines nunca juegan al escondite?" preguntó el Emperador. "Porque se desvanecen y nunca se vuelven a ver."
Dryden soltó una carcajada. "¡Eso es bueno! Pero te diré algo: mi ejército de tiranidos sí juega, y ellos siempre ganan. Su secreto es que se esconden en los rincones oscuros del universo y devoran lo que encuentran."
"Ciertamente, suena efectivo," dijo el Emperador, tratando de contener la risa. "¿Pero no te gustaría una fiesta en la que tus invitados no terminen como aperitivos?"
"¡Bah! La mejor fiesta es aquella en la que la música suena y la gente se convierte en un buffet!" Dryden replicó, con una sonrisa burlona.
Capítulo 4: La Revelación Final
Después de muchas risas, el Emperador se dio cuenta de que quizás había una forma de trabajar juntos en lugar de enfrentarse el uno al otro. "¿Qué tal si unimos fuerzas?" sugirió. "Podríamos hacer un plan maestro para conquistar el universo y organizar la mejor pizzería que haya existido."
"Suena tentador, pero eso significaría compartir mis recetas de pizza," respondió Dryden, haciendo una mueca. "¿Estás seguro de que estás listo para eso?"
"¡Definitivamente!" exclamó el Emperador, levantando su copa de vino. "A la conquista y a la pizza, Dryden."
Ambos alzaron sus copas, sellando su inesperada amistad con un brindis.
A partir de ese día, el universo de Warhammer no solo sería un campo de batalla, sino también el hogar de la pizzería más famosa, donde cada bocado sería un recordatorio de que incluso los enemigos más feroces podían encontrar un terreno común, al menos cuando se trataba de la pizza.
Epílogo: La Pizza de la Conquista
Las leyendas contarían que Dryden y el Emperador de la Humanidad no solo conquistaron mundos, sino que también ofrecieron a sus soldados un banquete digno de los dioses: pizzas de todos los sabores, incluyendo la "Tiranidos Supreme" y la "Espacio Marine Extra Queso". Y así, el universo se llenó de risas, mientras Dryden y el Emperador demostraron que la mejor forma de enfrentar el caos era con una buena dosis de humor y una deliciosa rebanada de pizza.
Fin.