Capítulo 8: Conspiración en las Sombras
Después de su enfrentamiento con el líder de la secta en la fortaleza de las montañas de Lira, Last, Kira, Kael y Alaric regresaron a Aris. La ciudad parecía tranquila, pero ellos sabían que la amenaza de la secta aún estaba lejos de desaparecer. Esa victoria había sido solo una pequeña grieta en el inmenso poder de sus enemigos, y el peligro estaba creciendo.
La mañana siguiente, el grupo se reunió en la base subterránea que habían improvisado como su refugio temporal en Aris. Los rostros de todos reflejaban cansancio, pero también una determinación férrea.
—Entonces, ¿qué aprendimos en la fortaleza? —preguntó Kira, cruzando los brazos.
Alaric desplegó unos documentos que habían recuperado durante su misión. Las páginas estaban llenas de símbolos y diagramas complejos, junto con mapas y anotaciones en un idioma antiguo.
—Descubrimos que la secta no solo se oculta en Aris —dijo Alaric, señalando algunos puntos en el mapa—. Tienen bases en varias ciudades y su influencia se extiende más allá de lo que pensábamos. Están organizados, bien financiados y, lo peor de todo, están buscando una antigua reliquia.
—¿Una reliquia? —preguntó Kael, curioso.
—Sí, algo llamado "El Fragmento del Abismo". Según estas notas, la secta cree que este fragmento les permitirá obtener control absoluto sobre los Jokais y, en última instancia, desatar un poder inimaginable —explicó Alaric, con una seriedad que incomodó a todos.
Last sintió un escalofrío. La idea de que la secta pudiera controlar los Jokais era aterradora, especialmente si alguien obtenía el control sobre Destro.
—¿Sabemos dónde está esa reliquia? —preguntó Last, su voz llena de determinación.
Alaric negó con la cabeza.
—No, pero según estos documentos, están buscando un mapa oculto en la biblioteca subterránea de Aris. Si conseguimos ese mapa antes que ellos, podríamos tener una ventaja.
El Viaje a la Biblioteca Oculta
Esa misma noche, el grupo se dirigió hacia la biblioteca subterránea de Aris, un lugar prohibido y lleno de secretos antiguos. La entrada estaba custodiada por guardias, pero Kira y Alaric lograron abrirse camino sin alertarlos, utilizando sus habilidades con sigilo y precisión.
Dentro, el ambiente era sofocante, con estantes de piedra cubiertos de polvo y libros antiguos que parecían a punto de desmoronarse. Kael encendió una pequeña esfera de luz con su Jokai, Lumen, para iluminar el camino mientras exploraban.
—Este lugar es... increíble —murmuró Kael, maravillado—. Hay tanto conocimiento aquí.
Sin embargo, Last no se dejaba deslumbrar. Sabía que cada segundo era vital, y que la secta podría aparecer en cualquier momento.
—Concéntrense en encontrar el mapa —dijo Last, manteniéndose alerta.
Mientras buscaban, Last notó un grabado en una de las paredes. Era un símbolo similar al de los portadores, pero rodeado de figuras oscuras y espirales que parecían representar el caos.
—¿Qué significa esto? —se preguntó Last en voz baja.
—Ese es el símbolo de los antiguos portadores, los primeros en conectar con los Jokais —explicó Alaric, al ver el símbolo—. Se dice que algunos de ellos fueron consumidos por sus Jokais y que esos fueron los primeros en caer en la oscuridad.
El pensamiento inquietó a Last. Sabía que Destro era poderoso, pero también oscuro y peligroso. Sentía que estaba caminando por un sendero que podría llevarlo a un destino incierto.
Descubrimiento y Confrontación
Finalmente, Kira encontró un antiguo pergamino enrollado en un rincón polvoriento. Lo desplegó con cuidado y todos observaron. El mapa mostraba una ubicación remota en el desierto de Nyrah, donde se decía que estaba oculta la reliquia que la secta buscaba.
—Entonces, esto es lo que necesitan para completar su plan —dijo Kira, observando el mapa con atención.
—Lo que significa que debemos llegar allí antes que ellos —agregó Kael, con una chispa de emoción en sus ojos.
Pero antes de que pudieran celebrar su descubrimiento, un grupo de cultistas apareció en la entrada de la biblioteca. Los ojos de los cultistas reflejaban una frialdad mortal, y entre ellos estaba un hombre de cabello blanco y una cicatriz en el rostro, quien parecía ser su líder.
—Ah, así que los portadores han venido a jugar en nuestra biblioteca —dijo el hombre, con una sonrisa arrogante—. Gracias por encontrar el mapa por nosotros.
El grupo se preparó para pelear. Last sintió a Destro rugir dentro de él, ansioso por desatar su poder.
—No tendrán nada —respondió Last, apretando los puños.
La batalla estalló en el interior de la biblioteca. Los cultistas atacaron en grupos, utilizando armas y habilidades oscuras para intentar someter al grupo. Last, Kira y Kael combatían juntos, sincronizados y precisos, usando sus Jokais para contrarrestar los ataques y proteger el mapa.
Alaric se enfrentó al líder de los cultistas, quien resultó ser un luchador formidable. Los dos intercambiaban golpes con una velocidad y fuerza que hacían temblar los estantes de la biblioteca.
—No tienen idea del poder que están enfrentando —dijo el líder de los cultistas, riendo mientras bloqueaba uno de los ataques de Alaric.
—No necesitamos saberlo, solo sabemos que tenemos que detenerlos —replicó Alaric, lanzando un golpe que obligó al líder a retroceder.
La Decisión de Last
Mientras Last peleaba, se dio cuenta de que el combate estaba alargando más de lo que podían soportar. Los cultistas seguían llegando, y parecía que sus enemigos eran interminables.
En ese momento, Destro habló en su mente.
—Libérame, Last. Déjame mostrarte el verdadero poder de la oscuridad. Juntos, podemos acabar con todos aquí.
Last dudó, pero sabía que si no hacía algo, perderían el mapa y, con él, su única oportunidad de adelantarse a la secta. Sin más opción, dejó que Destro se desatara por completo.
Las sombras envolvieron a Last, formando un manto oscuro que lo hacía parecer una figura salida de las pesadillas. Sus ojos brillaban con una intensidad siniestra y, con un solo movimiento de su mano, una oleada de energía oscura se extendió por la biblioteca, abatiendo a los cultistas.
Kira y Kael se detuvieron, impresionados por la transformación de Last. Aunque lo conocían, en ese momento parecía alguien más, una fuerza imparable.
—¡Last! ¡Vuelve! —gritó Kira, preocupada de que la oscuridad lo consumiera.
Last logró retomar el control justo antes de que el líder de los cultistas lanzara un ataque final. Con la ayuda de Alaric, lograron vencerlo, dejando la biblioteca en un silencio inquietante.
Reflexión y Decisión
De regreso en su refugio, el grupo permanecía en silencio. Aunque habían conseguido el mapa, la experiencia había dejado una marca en cada uno de ellos.
—Last… esa oscuridad es peligrosa. Tienes que tener cuidado —dijo Kira, mirándolo con preocupación.
—Lo sé —respondió Last, bajando la mirada—. Pero si eso es lo que se necesita para detenerlos, entonces no dudaré en usarlo.
Alaric intervino.
—Ahora que tenemos el mapa, debemos planear nuestro viaje al desierto de Nyrah. No podemos permitir que la secta obtenga esa reliquia antes que nosotros.
Con esa decisión, el grupo se preparó para su próxima misión, conscientes de que el camino sería aún más oscuro y peligroso. La reliquia del Abismo estaba cerca, y con ella, la posibilidad de enfrentarse al verdadero poder de la secta.