Capítulo 9: Ecos de un Pasado Oculto
El viaje hacia el desierto de Nyrah resultó agotador. Tras días de avanzar bajo el calor abrasador y soportar la dureza del clima, Last, Kira, Kael y Alaric llegaron finalmente a una pequeña aldea abandonada que, según el mapa, estaba cerca de su destino.
La aldea estaba en ruinas, con las casas destruidas y cubiertas de arena y polvo. Parecía que nadie había pisado ese lugar en años, y el silencio era tan denso que cada paso resonaba, como un eco entre los edificios desmoronados.
—Este lugar… da escalofríos —murmuró Kael, mirando a su alrededor con cautela.
—¿Estás seguro de que estamos en el lugar correcto, Alaric? —preguntó Kira, mientras observaba el panorama desolador.
Alaric asintió, estudiando nuevamente el mapa y las notas que habían recolectado.
—Sí. Según lo que hemos descubierto, aquí es donde la secta planea llevar a cabo un ritual para liberar una fuerza antigua. Tenemos que evitar que lo hagan —explicó Alaric, con tono serio.
De repente, Last notó una extraña sensación en el aire, una energía que parecía vibrar en cada rincón de la aldea. Destro, su Jokai, se manifestó en su mente.
—Esta energía… es poderosa. Hay algo aquí que no pertenece a este mundo —dijo Destro, con una voz sombría.
Last frunció el ceño, sintiendo cómo la oscuridad de Destro respondía al ambiente. No podían permitirse bajar la guardia.
Descubrimiento y Encuentro
Explorando la aldea, el grupo encontró marcas en el suelo, dibujos y símbolos grabados en las piedras. Eran marcas de la secta, señales de que ya habían estado allí y habían comenzado algún tipo de ritual.
—Están invocando algo —dijo Kael, examinando los símbolos—. Estas runas son antiguas, probablemente de los primeros tiempos de los portadores.
Mientras examinaban los alrededores, un fuerte estruendo rompió el silencio. Una de las pocas casas que quedaba en pie se desplomó, y de los escombros surgió una figura oscura envuelta en túnicas, con el rostro cubierto y una presencia amenazante.
—Así que han venido a interrumpir nuestro ritual —dijo la figura, con una voz ronca que resonó en la aldea—. Su resistencia es inútil. La oscuridad es el único destino.
Last se adelantó, sin mostrar temor.
—No vamos a permitir que liberes lo que sea que estés intentando desatar aquí —respondió, con firmeza.
La figura dejó escapar una risa burlona, y de su manto surgió una sombra densa que comenzó a envolver la aldea. Kira, Kael y Alaric se pusieron en guardia, preparándose para la batalla que se avecinaba.
La Batalla en la Aldea Abandonada
El líder de la secta alzó las manos, y las sombras se retorcieron, formando figuras monstruosas que avanzaron hacia el grupo. Last y los demás desataron el poder de sus Jokais para defenderse.
—¡No podemos dejar que nos rodeen! —gritó Kira, lanzando un ataque de viento con Aero para dispersar algunas de las sombras.
Kael iluminó el campo de batalla con Lumen, su Jokai de luz, debilitando a las criaturas oscuras con su resplandor. Sin embargo, el líder de la secta parecía imperturbable, observando desde la distancia.
—Ustedes los portadores son tan patéticos. Han olvidado la verdadera naturaleza de sus Jokais —murmuró el líder, con desprecio—. Los Jokais son seres oscuros, nacidos del abismo. Al resistirse a su verdadera naturaleza, solo se hacen más débiles.
Last sintió cómo las palabras del líder le afectaban. Sabía que Destro era peligroso y que la oscuridad en su interior siempre estaba al acecho, pero ¿realmente había algo en esas palabras?
—No sé qué pienses que sabes, pero no importa —replicó Last, preparándose para un ataque—. No voy a caer en tu juego.
El líder de la secta se rió y, con un movimiento rápido, lanzó una ráfaga de energía oscura hacia Last. Last se defendió, desatando el poder de Destro y logrando neutralizar el ataque. Sin embargo, la fuerza del golpe lo hizo retroceder, y el líder aprovechó el momento para acercarse.
Revelación y Advertencia
Cuando el líder estuvo frente a Last, se inclinó y le susurró.
—Los Jokais fueron creados para destruir, para consumir. Esa es su verdadera esencia. Si sigues intentando controlarlo, Destro te destruirá.
Last sintió una punzada de duda, pero no dejó que las palabras del líder lo intimidaran. Lanzó un golpe con toda su fuerza, impulsado por la energía de Destro, y el líder apenas tuvo tiempo de esquivarlo.
Mientras el combate continuaba, Kael y Alaric lograron rodear al líder, forzándolo a retroceder hacia el centro de la aldea, donde habían comenzado el ritual. La presencia de los Jokais de luz y viento empezó a disipar las sombras, debilitando la influencia del líder sobre la aldea.
—Es tu final —dijo Kael, levantando su mano para desatar un rayo de luz.
Sin embargo, el líder sonrió con una expresión perturbadora.
—Ustedes no entienden nada. Apenas han visto la superficie del verdadero poder de los Jokais. Pueden destruirme, pero nunca podrán detener lo que ya ha sido puesto en movimiento.
Con esas palabras, el líder levantó una piedra que tenía grabado un símbolo extraño y desapareció en una nube de sombras, dejando tras de sí una sensación de inquietud que se extendió por todo el grupo.
Reflexiones y Preparativos
Al ver que la amenaza había desaparecido por el momento, el grupo se reunió para discutir lo que había sucedido. La aldea quedó en silencio nuevamente, pero las palabras del líder resonaban en sus mentes.
—Lo que dijo sobre los Jokais… ¿es posible que tengan una naturaleza más oscura de lo que pensamos? —preguntó Kael, con una expresión preocupada.
Alaric reflexionó, mirando el símbolo que había quedado grabado en la piedra.
—Los Jokais siempre han sido un misterio. Sabemos que son poderosos, pero si realmente nacieron del abismo, podría explicar por qué algunos portadores han sido consumidos por su poder.
Kira observó a Last, quien parecía más pensativo que nunca.
—Last, tienes que tener cuidado con Destro. Sabemos que es un Jokai poderoso, pero no podemos permitir que su influencia te controle —dijo Kira, con un tono suave pero firme.
Last asintió, aunque las palabras del líder aún rondaban en su mente. Sabía que Destro tenía un lado oscuro, pero también sentía una conexión que no podía ignorar. ¿Podría ser cierto que estaba jugando con fuego al intentar controlar ese poder?
—Lo sé. Pero no voy a rendirme. Si el precio de derrotar a la secta es enfrentar esa oscuridad, estoy dispuesto a hacerlo —dijo Last, con una determinación renovada.
El grupo decidió que su próximo destino sería la última ubicación marcada en el mapa: el corazón del desierto de Nyrah, donde la secta planeaba liberar la reliquia del Abismo. Sabían que el camino sería difícil, pero estaban listos para enfrentar lo que fuera necesario para detener a sus enemigos.
Con un último vistazo a la aldea abandonada, se dirigieron hacia el horizonte, sabiendo que lo que les esperaba podría cambiar el curso de la batalla contra la secta y la relación que cada uno tenía con sus Jokais.