Después de aquel sueño intranquilo, desperté, a mitad de la noche, muy alterado mientras jadeaba debido a la sensación de haberme ahogado en aquel sueño, parecía tan real.
mi brazo derecho se encontraba levantado como si intentara alcanzar el techo, tenía el cuerpo empapado en sudor, el cual estaba muy frio; los vellos de mi cuerpo, al igual que mi piel, se encontraban erizados; y mi rostro se encontraba lleno de lágrimas.
Después de unos pocos segundos logro tranquilizar los latidos de mi corazón, el cual parecía salirse de mi pecho; volteo hacia mi izquierda, dándome cuenta que Miyabi y Kurayami, se encontraban observándome, desde lejos.
Sus rostros no parecían preocupados, la verdad no parecía expresar mucho más que melancolía; cuando me ven voltear hacia ellas, rápidamente giran sus cabezas hacia el lado contrario.
No le tomo importancia a su comportamiento, pero mi mente entra en razón y rápidamente, volteo asustado, para ver si había despertado a Yokubo, dándome cuenta de su cama vacía; al parecer no había vuelto esta noche; era algo normal de él, muy posiblemente estaba abusando de alguna esclava.
En aquel entonces no sabía el significado de aquella pesadilla.
Me encontraba echado en el piso, mientras miraba el techo pensando en aquel sueño, de pronto veo, entre los espacios de la puerta, unos pocos rayos de luz del sol, esto significaba que había amanecido y yo no había logrado dormir después de aquella pesadilla.
La puerta se abre, Yokubo entra tranquilamente, como si nada hubiera ocurrido, actuaba como si nosotros no existiéramos; va hacia la mesa para luego sentarse en la silla, mientras se encontraba sentado se pone a revisar los papeles con tranquilidad.
Simultáneamente, Miyabi y Kurayami lo ven sin mostrar ninguna emoción, algo raro debido a que normalmente se irían corriendo hacia la pared por el miedo al verlo entrar; quizás habían perdido toda esperanza.
Yo las miro con un rostro de preocupación al darme cuanta que actuaban muy diferentes.
Yokubo se para mientras sostenía unos papeles con su mano, voltea para verme con una mirada desafiante.
Lo miro a los ojos sin demostrar alguna emoción.
A los pocos segundos Yokubo voltea para luego irse del cuarto.
Tiempo después, uno de los esclavos entra al cuarto con una bandeja en mano y encima de ella tres platos de comida, era nuestra ración de comida; el esclavo era un hombre, el cual tenia un collar de esclavista.
Miyabi y Kurayami voltean al verlo entrar.
"Por favor reciban su comida"
Dice el esclavo mientras con una mano abre la puerta, para entregar la comida.
Miyabi y Kurayami se acercan lentamente a la puerta para recibir sus platos y el mío, para luego dejarlos en el piso.
El eslavo cierra la puerta después de entregar la comida y se va.
Miyabi y Kurayami se quedaron observando sus platos sin moverse en ningún instante, se veían traumatizadas.
Agarro mi plato por un costado lentamente, intentando que no se percaten de mí, lo jalo hacia mi lado y al estar lo suficientemente lejos comienzo a comer.
Entendía el porqué de su comportamiento, era normal después de que perdieran a su amiga, la verdad yo también me encontraba deprimido, pero me reconfortaba el saber que talvez ella podría renacer y si eso pasaba aun tendría una oportunidad de salvarla; sin embargo, el pensamiento de que talvez esta podría haber sido su última vida me atormentaba; si mis miedos estaban en lo cierto, no tendría forma de salvarla.
"Aun puedo salvarla, si la próxima vez renace, aun tengo tiempo para salvarla en esa vida; aun puedo hacer algo por ella, solo tengo que hacerme más fuerte y luego… pero… ¿Si fue su última vida? Carajo ¿Que mierda puedo hacer si esa era su última vida?"
Me decía a mi mismo, una y otra vez los pensamientos de que lo había arruinado todo pasaban por mi cabeza.
Los días comenzaron a pasar todos iguales, Miyabi y Haruka ya no comían, lo que provoco su desnutrición, ya no se parecían en nada a como eran antes; dejaron de hablar durante todo este tiempo, se mantenían en un silencio constante.
Yokubo había dejado de llevarme a ver a Yume, lo que me provocaba una ansiedad constante al pensar en el estado en que podría estar ella.
"Por favor Yume resiste, por favor solo unos días más e iré por ti"
Me decía a mí mismo todos los días.
A pesar del deplorable estado en que se encontraban Miyabi y Haruka, Yokubo nunca dejo de abusar de estas, la diferencia era que ahora ellas ya no ponían resistencia, ni siquiera reaccionaban, solo miraban a la nada con una mirada perdida sin hacer algún movimiento; parecían haberse resignados a que así sería su vida para siempre.
Su forma de actuar no provoco no le importaba en lo más mínimo a Yokubo, al final del día, solo eran esclavas.
Durante este tiempo, intente comenzar a usar la magia, no lo había intentado antes debido a que al haber estado en un lugar el cual era observado por alguien en todo momento, pero debido al estado en que se encontraban Kurayami y Miyabi, y que Yokubo paraba muy poco tiempo en su habitación, no habría quien se de cuenta de lo que hago.
El usar magia se me complicaba demasiado, debido a que nunca antes lo había hecho, ni siquiera en mi anterior vida, en esa yo había nacido sin algún tipo de magia, así que solo era un granjero común.
Diariamente, ponía mis dos manos delante mío, como si quisiera alcanzar algo, esperaba sentir algún tipo de energía o algo así, sinceramente no sabía que era lo que se suponía debía hacer para usar magia.
Así paso un mes aproximadamente, hasta que…
Un día mientras práctica lanzar algún hechizo, sin resultados, como siempre; Miyabi reacciona y con una voz rasposa me susurro
"Tienes que sentir el mana"
Rápidamente volteo hacia ella sorprendido, ya que es la primear vez que la escucho hablar, desde la muerte de Haruka.
Al mismo tiempo, Kurayami voltea ligeramente hacia Miyabi con un pequeño gesto de asombro, casi imperceptible.
Con una voz muy suave y relajada le digo a Miyabi
"¿Cómo siento el mana?"
Con un rostro deprimente, mientras veía el suelo, me responde con un sutil susurro.
"Debes imaginar como si fuera el flujo del mar, no puedes forzarlo a moverse donde desees, debes unirte a la corriente; cada tipo de magia tiene un diferente flujo, pero la base de todos es la misma"
"entiendo, gracias Miyabi…"
Le respondo con una voz alegre y inocente, mientras le sonrió; pero cuando Miyabi me escucha pronunciar su nombre, de forma asustada voltea hacia la cama de Yokubo, pero al verla vacía se calma.
"No digas mi nombre"
Me dice con una voz más decidida y al mismo tiempo temerosa; para después volver a su estado anterior.
Al escucharla, me asusto y no puedo evitar demostrar el remordimiento que me causan sus palabras; de forma lenta y con una voz decaída le susurro.
"losiento…"
Cuando la veo volver a su estado anterior, levanto mi cabeza y aun deprimido me decido a seguir practicando, mientras intentaba no pensar mucho en sus palabras.
Lentamente cierra los ojos, pongo mis manos como antes y me digo a mi mismo de forma decidida.
"siente el mar del mana"
Intentaba sentir algo, aunque se me dificultaba lograrlo, ya que solo sentía el poco viento que corría.
En mi mente intentaba imaginar el mar, cuando de pronto me veo parado en este, estaba en el mismo lugar de mi sueño.
Volteo hacia arriba, dándome cuenta de los ojos que me observan e intento no atemorizarme, siento el movimiento de las olas debajo de mis pies.
lograba sentir una pequeña corriente recorriendo dentro de mí, era el mana que se movía como las olas del mar dentro de mi cuerpo, este movía sus olas libremente yendo hacia ningún lado en específico; pero mientras más me conectaba con esta sensación, el mar en que estaba parado me engullía, volteo hacia abajo, dándome cuenta que mis pies estaban siendo absorbidos por el mar, era igual que mi sueño.
Esto comenzaba a asustarme, haciendo que me altere por el miedo de ser devorado por el mar, lo que provoca que pierda la concentración dando un pequeño salto, abriendo los ojos y cayendo al piso de espaldas; mi respiración estaba agitada, puse mi mano en mi corazón como si quisiera hacer que vaya más lento.
El pánico me hizo plantearme dejarlo, pero no podía hacerlo, tenía que intentarlo de nuevo.
"No puedo atemorizarme ahora, no puedo, carajo, tsk"
Respiro profundamente y me paro, con un rostro mas decidido vuelvo a la posición de antes, intentando imaginar el mismo escenario.
"Debo hacerlo, todos han pasado por esto, no voy a morir, no creo morir…"
Veo nuevamente el mismo espacio, sentía como el mana corría dentro de mí, los ojos alrededor me miraban directamente.
El mar me arrastraba lentamente hacia el fondo, cada vez que absorbía una parte de mi cuerpo, dejaba de sentirlo por completo, como si fuera amputado; cuando la mitad de mi cuerpo ya no estaba, mi corazón comenzado a latir demasiado rápido, creía que se saldría de mi cuerpo, mi frente comenzaba a sudar exageradamente y mi respiración estaba agitada; creía que me daría un paro cardiaco.
Respiro profundamente e intento seguir, pero era demasiado difícil, estaba muy alterado, ya no quería seguir.
Cuando llego a mi cuello, estaba completamente aterrorizado, sentía como si moriría, no sentía nada del cuello para abajo pero mi cuerpo físico aún se mantenía de pie mientras mi estado mental era prácticamente desaparecido.
Al llegar a la nariz, sentí como si los pulmones se me llenaran de agua, respirar era inútil, lentamente bajo hasta absorberme por completo y fue cuando mi corazón dejo de latir.