Chapter 6 - Capitulo 2: parte 2

Después de que mi corazón dejo de latir, quede inconsciente y mi cuerpo cayó al suelo.

Al despertar, me doy cuenta que estaba echado en el piso boca arriba, me costaba respirar, sentí como si mis pulmones estuvieran llenos de agua, todo se veía borroso; Estaba muy aturdida por lo que había sucedido.

Volteo mi cabeza hacia un lado, intenté buscar con la mirada a Miyabi.

Al fijarme alrededor mío, me doy cuenta que no estaba en el mismo lugar de antes, ya que podía ver los pies de Kurayami a mi costado, cuando antes me encontraba alejado de ella.

logro levantar mi torso con dificultad mientras mis pies aún se encontraban tendidos en el piso; cuando levanta el torso, una parte de la presión en mi pecho disminuye; al voltear veo a ambas mujeres echadas en el piso, algo raro debido a que todo este tiempo nunca las vi echadas, siempre dormían sentadas, si es que lo hacían.

Comenzo a gatear hacia ellas, al acercarme más logro verlas, mi vista estaba muy borrosa por lo cual no podía verlas bien, ya que aún me encontraba aturdido.

a los pocos segundos de verlas, mi mente se aclara con rapidez, lo que estaba frente a mí, una vez fueron dos mujeres, pero ahora solo eran dos cuerpos putrefactos.

Sus carnes se encontraban completamente secas, sus pieles se veían duras y oscuras, sus ojos estaban completamente volteados hacia atrás, pero sus rostros no se veían atormentados, en cambio Miyabi se veía feliz.

Al verlas en tal estado, un escalofrío recorre todo mi cuerpo; mis ojos se abren por completo debido al miedo; Me encontraba completamente estático, no podía moverme.

"¿Mi-yabi…? ¿Ku-ra-yami...?"

Digo con una voz temblorosa y cortante; mi pie derecho retrocede.

al retroceder, logro ver de reojo, afuera de la celda, varios esclavos varones sin y con collares de esclavista, en el mismo estado que Kurayami y Miyabi, muertos.

Al verlos, me quedo estupefacto sin saber que hacer, mi mente estaba muy confusa, de pronto, siento alguien detrás de mí, como si algo se ocultara, asustado, volteo lentamente mi cabeza hacia atrás.

La puerta de la celda, estaba abierta y en el piso se encontró el cadáver de Yokubo, el cual estaba en el mismo estado que los demás, pero este tenía una expresión de terror en su rostro, como si hubiera muerto agónicamente.

La gran cantidad de emociones que me provocó esta situación, hizo que vomitara en el piso apenas lo vi.

No entendía que había sucedido mientras estaba inconsciente, alguien había asesinado a todos estos hombres, pero por alguna razón me había dejado vivir.

Cuando acabo de vomitar me limpio con el cuello de mi ropa.

Mientras me limpiaba, mi mente reacciona de forma alterada y un pensamiento llega a mi cabeza, haciendo que me dé un gran susto.

"¡QUÉ DIABLO!"

Grito asustado, al pensar que pudo haberle pasado lo mismo que a los demás. Por lo que rápidamente intenté pararme, pero era muy complicado debido a que mis piernas no reaccionaban como debería y mi cuerpo pesaba demasiado; mis músculos se encontraban demasiado tensos, lo cual hacía tambalearme.

Al lograr pararme, caigo arrodillado.

"¡Maldita se-a, debo… pararme…!"

Digo con dificultad, debido al dolor del esfuerzo al intentar pararme mis palabras se cortan.

Intento usar la pared a mi costado para volverme a parar, pero nuevamente caigo, antes de tocar el suelo, me sujeto de la pared, logrando mantenerme de pie.

Me dirijo hacia la puerta sujetándome de las paredes, mientras intentaba no pisar los cadáveres.

Al llegar, veo hacia ambos lados del pasadizo, para ver si se encontraba algún guardia, pero esta se encontraba vacía.

Salgo del cuarto, lentamente me muevo buscando las escaleras para bajar, los pasadizos estaban completamente vacíos.

Logro encontrar las escaleras para bajar, así que comienzo a avanzar, me costaba bajar cada escalón por lo cual lo tenía que hacer muy lento.

Mientras más bajaba, más fuerte se podía escuchar los gritos de auxilio.

"¡AYUDA!" "¡ALGUIÉN!" "¡SAQUENOS ANTES QUE VENGA!"

Se lograba escuchar desde el piso inferior.

Al escuchar los gritos, pensé que Yume podría estar en peligro y asustado grite.

"¡QUÉ DIABLO!"

La preocupación me hace querer bajar más rápido, por lo que en el intento, me tropiezo y caigo rodando por las escaleras mientras gritaba.

Termine cayendo en el piso al que me dirigía, al estar en el piso, me doy cuenta que mi cabeza sangraba, pero no le tome importancia y sigue caminando.

Intento pararme mientras me sujetaba de la pared, al levantarme veo a todos los esclavos vivos, los cuales aún se mantenían en sus jaulas, estaban muy alterados y se aferraban a los barrotes de sus celdas.

Había algo extraño, no parecía que alguien hubiera intentado hacer lo mismo que arriba, es mas no había ni un rastro de agresión, además de la que ya había antes.

Uno de ellos estira su mano, sacándola entre los barrotes, hacia mi dirección.

"¡Niño!"

Me grita de manera muy asustada con los ojos extremadamente abiertos.

Al escucharlo, gire rápidamente la cabeza hacia él.

"¡Sácame de aquí por favor, antes que venga esa cosa!"

Me grita muy alterado, casi rogándome, mientras lloraba.

"¿Quién?"

"¡No lo sé! Solo escuchamos los gritos de los guardias, después de eso bajaron varios de ellos y liberaron a los esclavos que sabían pelear, llevándoselos arriba. Después de unos minutos, escuchamos gritos y después todo se calló…"- hace una pequeña pausa mientras baja la mirada para después de manera exaltada y muy asustado levantar su cabeza-" ¡Por favor sácame antes que venga esa cosa!"

Me dice alterado, en sus ojos se veía el miedo que sentía.

"¿Qué mierda paso aquí?"

Me dije a mi mismo muy asustado.

"Voy a buscar una forma de liberarlos, espérame aquí"

Le digo, finciendo una voz tranquila; Al terminar rápidamente me dirijo en busca de Yume.

"¡¿Cómo mierda quieres que espera?!"

Sin voltear atrás, sigue avanzando en busca de Yume.

Caminar era un sufrimiento, mis piernas reaccionaban con dificultad y cada paso sentía como si mis músculos se fueran a desgarrar; en cada paso luchaba por no caerme.

Los demás esclavos me señalaban y gritaban, rogando por mi ayuda.

De pronto en una de las celdas logro diferenciar una figura, por lo cual me acerco más.

Era Yume ya su lado, la esclava quien la cuidaba, esta se encontraba sujetándose a los barrotes mientras gritaba por auxilio como los demás.

Al ver a Yume el corazón se me comienza a acelerar y rápidamente me abalanzo hacia su jaula con una sonrisa, al abalanzarme tropiezo con mi pie, en el piso, gateo hacia los barrotes para ver a Yume, la cual al verme se acerca hacia mí .

"¡Yume…!"

Grito mientras la voz se me comienza a ir, veo que la esclava al lado de Yume se me acerca, no la veía con claridad ya que todo se comenzaba a ver borroso.

"¡Sácame de…!"

No logré escuchar más de lo que dijo, su voz parecía muy lejana, intento levantar el brazo para tocar a Yume, pero se veía tan lejos, cuando estaba por tocarla mi cuerpo no soporto más y terminar desmayándome.

Me encontraba en un espacio oscuro, parecía que estaba parado encima de agua, pero el piso era completamente negro.

¿Dónde estoy?

Dije extrañado, no entendía que estaba pasando.

Giro mi cabeza hacia todos los lados para ver donde estaba.

Hola, Shikei

Me dice una voz extraña a mis espaldas, no reconocía de quien podría ser esa voz.

Asustado, volteo lentamente hacia la voz desconocida.

Era yo, pero no yo, tenía la misma forma de mi cuerpo, pero estaba pintado de un negro muy profundo, solo podía diferenciar su forma con el fondo por el aura morada que lo rodeaba.

¿Quién eres?

Me confundí.

"Soy el dios de este universo o al menos un fragmento de él"

"¡¿Tu eres el dios que se divierte con el sufrimiento de todas estas pobres almas?!"

Le digo muy exaltado, me encontraba muy furioso.

"Tranquilo, no soy ese dios"

"¿Entonces quién carajos eres?"

"Soy el dios de este universo, no de todos los universos"

"¿Cómo que de este universo?"

Le digo confundido, pero aun enojado.

"Cada universo tiene un dios diferente, los cuales sirven al dios supremo"

"Entonces si eres su sirviente, debes ser igual que ese maldito psicópata"

"No te confundas por favor, yo no soy su sirviente, una vez lo fui, pero ya no más"

"Entonces si no eres como el, ¿Qué quieres?"

"Lo mismo que tú, derrocar a dios"

Me dice mientras alza sus manos hacia el frente sonriendo de manera escalofriante, su sonrisa era muy grande.

"¿Pero si eres un dios, ¿porque necesitas la ayuda de un mortal como yo?"

Al escucharme baja las manos.

"Porque necesito a alguien que reúna todos los fragmentos del dios de este universo"

"¿Fragmentos?"

"Así es, hace aproximadamente un 500 años, fui a una feroz batalla contra el dios supremo, acompañado de valerosos dios y algunos humanos, los cuales pelearon ferozmente, pero no contamos con que él ya lo tenía todo previsto y solo dejo que creyéramos que Podíamos vencerlo para así divertirnos con nuestro sufrimiento. Todos los hombres murieron en esa guerra, algunos de los dioses perecieron dejando a sus mundos sin dios, otros fueron castigados siendo convertidos en hombres mortales y algunos pocos, como yo, logramos escapar esa noche, pero fuimos alcanzados por sus arcángeles, los cuales dividieron. a cada dios en diferentes fragmentos, en mi caso fui dividido en 18, cada fragmento tiene diferentes habilidades del dios de este universo; al solo ser fragmentos, no podemos aparecer de manera física; solo, en las cabezas de las personas"

"¿Y cómo planeas que encuentres las demás partes si no tienen una forma física?"

"Cada fragmento, no puede vivir más de 5 años sin un avatar si llegase estar más de este tiempo sin uno, todas las demás partes, junto con él, desaparecerían, por lo cual, necesitamos tener un avatar el cual sea el recipiente de nuestro ser; por lo cual, lo único que debes de hacer es absorber el fragmento dentro de los avatares"

"¿Qué obtendré si hago lo que me pides?"

"Cuando todos los fragmentos se junten, será un dios y podrá abrir un portal hacia tu amada"

Dice con un tono muy confiado, mientras me muestra nuevamente esa sonrisa.

Al escucharlo me asusto por lo cual retrocedo un paso.

"¿Cómo sabes de ella?"

Le digo furioso

"Te dije que estaba en la cabeza de las personas y al igual que se de ella, también sé que esta es tu última vida"

"que se joda"

"Si aceptas ser mi avatar, tendrás todo mi poder y conocimiento, el control total de la magia de las sombras será todo tuyo, un poder que hasta ahora nadie ha podido descifrar en su totalidad y con ese poder, podrás por fin proteger a tu preciada Yume"- dice mientras me muestra una sonrisa muy amigable- "entonces…"- alza su mano hacia mí con la palma abierta- "¿Aceptas?"- dice mostrando una sonrisa muy espeluznante, la cual me recordaba a la de Yokubo.

 "Antes, quiero hacerte tres preguntas, la primera es"- digo mientras levanto un dedo- "¿Como planeas encontrar a los demás portadores?"

"Al ser todos un fragmento de la misma entidad, puedo sentir la presencia de las demás partes alrededor del mundo, por lo cual se dónde está cada uno"

"Segunda pregunta"-levanto el segundo dedo- "¿Por qué me elegiste a mí?"

"Por dos razones: la primera es porque solo puedo aparecer en la cabeza de quienes porten el mismo elemento del que soy portador; la segunda, porque odias al dios supremo al igual que yo, por lo cual se que no dejarías a medias esta misión, ya que como sabes, no puedo interferir en tu libre albedrio al ser solo un fragmento; por lo cual si decidieras dejaras esta misión, no podría interferir en tus acciones, así que no tendría más opción que matarte para poder elegir otro avatar"

Sus palabras me hicieron enfurecer, pero no podías hacer nada, así que solo me quede callado ante sus palabras.

"Tercera pregunta, ¿Quién mató a Miyabi y Kurayami?"

"Tu"

¿Qué…?

No podía entender a que se refería, mi voz y mi rostro se notaban confusos.

"¡Yo en ningún momento los mate!"- al mismo tiempo que decía estas palabras pensé-"¿Por qué me estoy alterando tanto? Es obvio que miente"

"Cuando la magia de las sombras despierta, esta provoca que los instintos asesinos de su portador salgan a la luz, esto se debe a que la única forma de recargar mana para el portador de esta es absorbiendo todo el mana de otro ser, por eso el estado de los cuerpos"

Comenzo a rascarme la cabeza mientras miro el piso sin entender nada, no podía creer sus palabras.

"¡Nononononon es mentira, mentira, miente mente!"

Me decía a mí mismo, no quería creer en lo que decía.

Bruscamente volteo la cabeza hacia arriba y lo miro.

"¡No te creo, eso es imposible!"

"Si no me crees, míralo tú mismo"

Al terminar esa frase mi cuerpo queda completamente estático; mientras mi mente parecía viajar por un túnel a gran velocidad; al final del túnel había una luz; al llegar a esa luz, unas imágenes comenzaron a venir a mi cabeza"

De pronto me encontré parado en la jaula, al ver dónde estoy intentando moverme, pero no podía.

"Estos son tus recuerdos de aquel momento, por lo cual no puedes moverte, aquí veras todo lo que viste en ese momento"

De pronto mi cuerpo voltea hacia Miyabi y Kurayami.

 —Miyabi…, Kurayami…

digo en mi cabeza con una voz melancólica.

De pronto mi cuerpo comienza a avanzar hacia ellas, lo que provoca que volteen a verme, su rostro al igual que siempre no demostraba alguna emoción.

Mi mano se levanta lentamente, esta es puesta en la frente de Kurayami, ella no hace nada al respecto más que verme, de pronto todas sus venas comienzan a tornarse oscuras, las cuales llevaban un flujo de algún líquido oscuro hacia la dirección de mi mano .

Poco a poco Kurayami comenzó a secarse, pero no hace nada al respecto.

"¿Qué mierda haces? ¡Quita tu mano carajo!"

Me dije a mí mismo alterado.

Intento mover mi mano, pero esto era inútil, simplemente no se movía.

"Te dije que solo son recuerdos, no puedes cambiar lo que paso"

Me dice la voz del dios, con un tono neutro.

Al terminar con la vida de Kurayami, esta cae al suelo muerto.

Miyabi voltea hacia mí, con una pequeña sonrisa en sus labios y cierra los ojos.

"¡Muévete maldita sea muévete por favor, solo muévete o mátame, pero no te quedes ahí!"

Mi cuerpo comienza a acercarse hacia ella, mi mano se posa sobre su frente y comienza a absorberle el mana.

"¡¿Qué carajos haces maldita sea?!"

 Cuando estaba casi completamente seca, me susurra de manera alegre mientras una pequeña lagrima cae de sus ojos.

"Gracias…"

"¿Cómo que gracias? ¡Solo mátame por favor, mátame!"

Miyabi ya estaba muerta y su cuerpo cae al piso.

"¿Cómo mierda puedes agradecerme por eso…?"

Sentía que lloraba, pero al no estar en un cuerpo que me responda, no podía hacerlo realmente.

Justo después de este suceso, entra Yokubo al cuarto de forma tranquila mientras leía unos papeles que tenía en sus manos; al primer paso dentro, este levanta la cabeza y se queda estupefacto al ver tal escena, este rápidamente se acerca hacia la jaula con una pequeña sonrisa.

Al acercarse a la puerta este la abre rápidamente de manera eufórica y dice.

"¡Siiii! por fin despertaste, Sabia que tu si me servirías, ¡mi querido hijo!"

Se notaba muy entusiasmado, su rostro se veía muy alegre.

Al terminar de gritar, mi cuerpo comienza a acercarse hacia el lentamente.

"¡Ven hijo mío, contigo a mi lado, por fin podrás dominar el imperio!"

Yokubo abre sus brazos esperando un abrazo.

Mi cuerpo levanta el brazo y pone mi mano sobre su frente

Al pasar esto, Yokubo no entendía porque hacia eso, hasta que mi cuerpo comienza a absorber su mana.

"¡AAAAAAA! ¡Suéltame maldita mar!"

gritaba mientras intentaba zafarse de mi mano, pero no podía, por más que lo intentara ni siquiera lograba moverme.

Una parte de mí no podía evitar estar feliz.

"Sí…"

Una pequeña risa solté sin darme cuenta.

Después de unos segundos Yokubo queda completamente sin maná y su cuerpo cae al piso.

Al escuchar los gritos, uno de los esclavos guardias entra de manera violenta al cuarto, al ver la escena, este se asusta y retrocede, cayéndose de espaldas al piso.

"¡¡¡AAAAAAAAAA!!!"

Grita el esclavo.

De manera casi inmediata, vienen más hombres los cuales al igual que él se asustan, retrocediendo un paso y tapándose la boca con una mano.

Mi cuerpo solo se mantenía de pie mientras los veía, este sale de su celda para ir hacia ellos.

Un chasquido se escucha de la nada.

De pronto las imágenes de los recuerdos desaparecen y vuelven al lugar oscuro de antes.

"Creo que con eso ya es suficiente"

Dice el dios de manera neutral.

Al poder estar en un espacio donde podía controlar a mi ser, comienzo a llorar repentinamente.

Posiblemente eran los sentimientos que guardaba de haber visto la muerte de Miyabi y Kurayami.

"Entonces, ¿aceptas?"

Dice mientras levanta su mano esperando estrechar la mía.

Me limpio los ojos y con la cabeza baja me acerco hacia él.

Al estar cerca de él, levante mi mano lentamente.

"Acepto"

Le digo mientras le estrecha la mano y levanta la cabeza totalmente, al levantarla lo miro a los ojos y en mi rostro se nota una sonrisa espeluznante la cual abarcaba una gran parte de mi rostro.