Capítulo 27: El Susurro del Corazón - El Dolor del Engaño
La oscuridad de la celda se extendía como un manto sobre Jungkook. Las cadenas que lo aprisionaban parecían reflejar la fría realidad de su situación. Ryeowook, su tormenta personal, lo había encarcelado, no solo físicamente, sino también en un laberinto de culpa y remordimiento.
Ryeowook se acercó a la celda de Jungkook. Su rostro, antes tan bello, ahora era un mapa de dolor. Sus ojos, antes tan brillantes, estaban nublados por lágrimas. Sus labios, antes tan seductores, temblaban con un dolor que lo consumía.
"Jungkook," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de agonía. "¿Por qué me traicionaste? Creía que me amabas."
Jungkook, humillado y atormentado por la culpa, solo pudo mirar a Ryeowook con los ojos llenos de lágrimas.
"Ryeowook, por favor, perdóname," dijo Jungkook, su voz era un susurro de desesperación. "Yo no quería hacerte daño."
"No me utilizaste como basura, Jungkook," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de dolor. "Ya soy verdad, no me amas."
Las lágrimas de Ryeowook caían como lluvia sobre su rostro. Su cuerpo temblaba de dolor.
"Yo creía que éramos diferentes," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de desilusión. "Creía que tú eras diferente a los demás. Que tú me amabas de verdad."
"Yo sí te amaba, Ryeowook," dijo Jungkook, su voz era un susurro de desesperación. "Pero me equivoqué. Cometí un error. Por favor, perdóname."
"No hay perdón para la traición," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de frialdad. "No hay perdón para el dolor que me has causado."
Ryeowook se alejaba de la celda de Jungkook, su corazón roto en mil pedazos.
El susurro del corazón de Ryeowook se había convertido en un grito de desesperación, un grito que resonaba en su alma, un grito que lo obligaba a enfrentarse a la cruel realidad del amor y la traición.