—Necesito a Rip —gruñí. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabía que mi poder no iba a durar para siempre.
Si consideras a Wu Ying Tai como una copa, mi poder era el agua con la que estaba llenando la copa hasta el tope. Sin embargo, parecía haber un agujero en el fondo de ella de modo que, no importaba cuánto poder vertiera en ella, nunca era suficiente.
Había estado tratando de encontrar el agujero para taparlo, pero me estaba estirando demasiado. Mis poderes eran lo único que la mantenía viva en este momento. Si paraba aunque fuera un segundo, iba a morir, y yo no iba a lidiar con eso en mi conciencia.
—Está bien —gruñó Huang Xiao Wen mientras se ponía de pie. Acarició suavemente el cabello de Wu Ying Tai antes de besarla en la frente. Dándose la vuelta, salió caminando de la habitación.
Era como si el sol hubiera dejado de brillar. La observé marchitarse bajo mi poder en el segundo en que ese hombre ya no estaba a la vista.