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Chapter 12 - Cosechando Material

Mientras la bestia los llevaba a su próximo destino, cada una de sus pisadas hacía temblar el suelo por su peso.

Sujetándose fuertemente del costado de la bestia, Alicia no pudo evitar notar algo en la piel de los esclavos que cargaban diferentes partes del titán. Cada uno de ellos tenía una marca que estaba quemada en su piel. Dentro de la marca, un resplandor morado oscuro estaba presente todo el tiempo, extendiéndose como raíces.

—Es la marca de esclavo. Usualmente son de un solo uso para hacer obediente al esclavo, pero eso les quita su libre albedrío. Hace que solo puedan seguir órdenes y no puedan hacer cosas por su cuenta —susurró Lilia.

—Aunque hace que el cuerpo se deteriore, por lo que es más bien un último recurso.

Al oír esto, Alicia no pudo evitar sentir shock y agradecimiento de que la familia Zenia nunca recurrió a tal método.

«Aunque supongo que no me marcaron porque querían sacar tanto de mí como pudieran», pensó Alicia para sí misma.

—Es un último recurso porque la marca se crea mezclando dos tipos de A.B. El primero pertenece a una bestia tipo mente colmena mientras que el segundo es de tipo parásito. Se come al huésped mientras asegura su obediencia, ya que inyecta un veneno que afecta la mente. Una vez que termina de consumir al huésped, el huésped muere y se pierde el esclavo —explicó Lilia mientras recordaba el tiempo antes de llegar a este lugar.

—Mi antiguo dueño explicó esto para asustarme a mí y a mi hermana y en cierta medida funcionó.

Viendo la sonrisa forzada en el rostro de Lilia, Alicia sintió lástima por la chica ya que ella tenía su propia historia. Una que le causaba dolor.

Volviendo su atención hacia los esclavos, Alicia pudo ver que llevaban una variedad de partes recién extraídas del cuerpo del titán. Desde placas óseas hasta bultos de carne, la sangre goteaba sobre su piel, quemándola mientras su propia carne hervía y burbujeaba. Sin embargo, todos los esclavos no reaccionaban y continuaban trabajando como si nada estuviera mal.

Ella pudo ver cuán opresiva era esta marca con esta demostración.

Su viaje fue corto ya que la bestia que sostenían daba grandes pasos de una vez, cubriendo una sorprendente cantidad de distancia. El lugar al que llegaron estaba directamente al lado de la bestia y tenía un gran puente creado a partir de metal martillado en el caparazón del titán. Desde lejos, el caparazón parecía liso, pero ahora que estaban a una distancia en que podían tocarlo, Alicia pudo ver innumerables capas dentadas superpuestas unas sobre otras en la superficie.

Esto creaba un punto de apoyo decente para que pudieran pararse mientras más pinchos de metal y cadenas se insertaban en el caparazón, creando un camino hacia la espalda del titán.

—Espera aquí. Voy a buscar algo de equipo —ordenó el hombre al saltar de la espalda de la bestia y dirigirse a un edificio cercano situado junto al puente.

Saltando también de la espalda de la bestia, las dos lo observaron mientras cavaba un agujero cerca y se sentaba. Sentada allí inmóvil, la bestia no se diferenciaba de un montón de rocas.

Saliendo con un par de picos y botas, las lanzó hacia las dos chicas.

—Su trabajo será cosechar placas óseas de la espalda de esta bestia. Hay un supervisor arriba y él les asignará un área. Ustedes son responsables de sí mismas; si caen, caen. No vamos a rompernos la espalda salvando a algunos esclavos. Ahora apúrense y suban para que pueda tomar mi descanso —se quejó el hombre.

Asintiendo con la cabeza, las dos se pusieron rápidamente las botas y subieron por el puente. Los escalones estaban tallados en metal con los bordes desgastados por el uso repetido.

Algunos de los escalones estaban completamente inutilizables ya que Lilia tuvo que ayudar a Alicia a evitar que tropezara.

Viendo que ambas se dirigían hacia arriba, el hombre volvió al edificio.

—¡Uf... Dios mío, no pensé que existiera un monstruo como este! —suspiró Lilia aliviada al ver que ya no estaban siendo monitoreadas por ese hombre. Asomándose por el borde del puente, se sostuvo fuertemente de las cadenas para evitar caerse.

Al principio, pensó que el monstruo estaba encadenado desde abajo pero después de asomarse, vio la verdad. Le faltaba su mitad inferior y estaba suspendido por cadenas de metal y estacas. La sangre continuamente goteaba hacia las profundidades carmesíes mientras hebras de órganos colgaban sueltas.

—Ignorando el hecho de que incluso exista un monstruo como este, ¿qué diablos crees que puede siquiera dañarlo? —preguntó Lilia mientras continuaba subiendo los escalones.

—No tengo idea. Tal vez alguien con muchos Sigilos —respondió Alicia mientras se levantaba con la ayuda de las cadenas.

Tenía que admitir que llevar botas se sentía extraño ya que había pasado la mayor parte de su vida sin zapatos. Dado que estaba atrapada en la habitación sin nada que pudiera dañarla, no vieron motivo para darle calzado.

Ahora que llevaba un par de botas, se sentía incómoda y le costaba caminar. De ahí su dificultad para subir los escalones.

Viendo que las cejas de Alicia se fruncían al ver los escalones, Lilia no pudo evitar reír. Aunque no se conocían desde hace mucho, a Lilia le gustaba la compañía de Alicia. Entendía que Alicia raramente mostraba emociones en su rostro, incluso si estaba feliz. La mayoría de sus emociones se veían en los ojos de Alicia, con la excepción de la frustración y el enojo.

—¿Luchando con los escalones? —preguntó Lilia extendiendo la mano para ayudar a Alicia.

—No, solo los zapatos son molestos —se quejó Alicia. Agarrando la mano de Lilia, saltó algunos escalones mientras las dos continuaban hacia la cima del titán.

A medida que se acercaban a la cima, podían escuchar los sonidos de los picos chocando contra las placas óseas esqueléticas, cada vez más fuerte con cada paso, seguido por los gritos frustrados del supervisor.

—¿Estás realmente intentando obtener la placa o estás tratando de destruirla? ¡Córtala alrededor de la maldita cosa, pedazo de mierda inútil! ¡Deja de golpear el centro! —gritó el supervisor con ira.

Era un hombre viejo, bajo y robusto, con el cabello gris y encrespado. La suciedad cubría partes de su cara junto con una barba grande y descuidada. Llevaba una camisa sin mangas con una pieza de pecho de cuero adornada con hebillas de plata. Un par de botas gruesas golpeaba contra el suelo mientras Alicia podía ver la vena en su frente hinchándose de ira.

—¿Qué coño? ¿Dos novatas? ¡Perfecto! ¡USTEDES DOS! ¡Vayan allá y tomen su lugar! ¡El muy pendejo ni siquiera puede cosechar las placas correctamente! ¡Y tú! Ve allá y cosecha la carne en su lugar! —gritó el supervisor mientras señalaba a Alicia y Lilia antes de hacer un gesto hacia el conjunto de placas óseas que estaba siendo cosechado por uno de los esclavos.

Mirádose una a la otra, las dos asintieron con la cabeza y se dirigieron hacia allá ya que era mejor que ser gritadas por el supervisor.

Tomando el lugar del otro esclavo, Alicia miró a su alrededor y observó cómo los otros esclavos cortaban las placas. Espaciaban sus objetivos, creando una línea de agujeros uniformemente espaciados. Una vez hecho esto, clavaban el extremo afilado del pico en el agujero central y, mediante el uso de leverage, creaban una división que se extendía a través de toda la placa, conectando los agujeros entre sí.

Todos los esclavos cortaban al mismo ritmo, creando un ritmo musical para ayudarles a trabajar durante horas. Era una manera de usar la memoria muscular para facilitar el trabajo.

Tomando un respiro profundo, Alicia agarró el mango del pico e intentó mantener el ritmo lo mejor que pudo.

Levantando los brazos hacia atrás, impulsó fuerza a través de su cuerpo y tomó una postura amplia antes de lanzar un golpe fuerte contra la placa.

*CLANG!!!!

Un sonido áspero resonó por el área mientras la vibración viajaba por el pico y hacia el brazo de Alicia, forzándola a soltar el equipo.

—¡Qué diablos estás haciendo! ¿Estás luchando con solo balancear un maldito pico? ¡Levántalo y hazlo correctamente! —gritó el supervisor mientras el sonido áspero había interrumpido el ritmo.

Levantando el pico, Alicia frunció el ceño y apuntó de nuevo.

—No uses toda tu fuerza. Usa solo lo suficiente para astillar la placa. Apunta al mismo lugar para que se pueda hacer un agujero. —le susurró en voz baja el esclavo que estaba al lado, mientras mantenía su mirada enfocada en su propia tarea.

Escuchando esto, Alicia asintió con la cabeza mientras Lilia susurraba un silencioso agradecimiento al hombre.

Con el nuevo consejo, pudieron avanzar más sin interrumpir el ritmo. Naturalmente, Alicia y Lilia aún estaban luchando, pero pudieron mantenerse. Las vibraciones que recorrían el pico dejaban las manos de Alicia entumecidas, pero esto no era nada que no pudiera manejar.