Natalie iba camino a la estación de policía cuando recibió una llamada de Sean. Contestó y puso el altavoz —He revisado los detalles del proyecto interior, y visitaré el sitio pronto. Ahora no me molestes a menos que sea algo realmente urgente.
—¿Realmente estás de ánimo para hablar del proyecto? —la voz divertida de Sean se oyó por el altavoz—. Parece que todavía no has visto las noticias.
—¿Qué noticias? —preguntó Natalie, sintiendo que la inquietud la invadía.
—Chica, estás en tendencia una vez más.
Natalie colgó rápidamente la llamada y se detuvo al costado del camino, con el corazón acelerado. Revisó las noticias en su móvil y, en momentos, su agarre en el teléfono se apretó de ira, las venas de sus brazos haciéndose visibles.
Sus ojos se volvieron fríos como el hielo mientras hablaba entre dientes apretados —Esa molesta hermana mía está pidiendo otra paliza.