—Bueno, al menos eres consciente de tu situación —espetó Clara fríamente—. Te prestaré algo de dinero, suficiente para que dejes este lugar. Regresa de donde viniste.
Lily tembló.
—¡N-No! No puedo volver allí... Me he acostumbrado a esta vida. No puedo sobrevivir en un pueblo otra vez —desesperada, se volvió hacia Briena—. Solo estaba ayudando con el plan para vengarnos de Natalie. Si no fuera por eso, nada de esto habría sucedido. Por favor, Briena, tienes que ayudarme a reconstruir mi vida.
Briena la miró con una máscara de inocencia impotente, ocultando cuidadosamente sus verdaderos sentimientos. Solo sentía disgusto hacia Lily. Antes de que pudiera responder, Clara intervino.
—No tienes permitido estar cerca de Briena nunca más —dijo Clara tajantemente—. Te daré un millón. Úsalo para empezar de nuevo en algún lugar lejano. Si no lo haces, no tendré más remedio que ser cruel.
El rostro de Lily se torció incrédulo.