Una neblina empañaba el aire, visible mientras se arremolinaba desde los labios de Carter con un suspiro pesado. —No queda nada por hacer aquí. Este lugar me agota —murmuró, sus ojos explorando el borde del bosque de la espesura. Mientras una brisa aguda soplaba a través del bosque, haciendo que las hojas caídas susurraran sobre el paisaje nevado.
Carter echó un vistazo a su vicecomandante, quien aún estudiaba la huella de Girox en la nieve. —Vamos a localizar a Aaron y poner fin a esto —dijo luego una sonrisa traviesa se curvó en sus labios—. Deseo regresar a mi amada Dahlia. Estoy listo para llevarla de vuelta a Everton y hacerla mi esposa.
Merrick se rió entre dientes del joven Paladín. —Esa chica te tiene en la palma de su mano.
Carter rió a carcajadas, su astuta sonrisa se ensanchó mientras respondía:
—entre otras cosas.
—Bueno, sabes a dónde te llevará eso eventualmente, ¿verdad?