Eric apretó su mano con más fuerza, todavía mirando a James con expresión vacía.
James tembló al aceptar el documento, firmando su nombre en el formulario de divulgación de riesgos.
Después de todo, dadas las circunstancias, la cirugía era la mejor opción. Si hubiera una manera de curarlo sin ella, la doctora no la recomendaría.
Eric pidió el almuerzo. Ella ya estaba exhausta, y si no comía algo, probablemente sufriría de hipoglucemia.
Y así comenzó otra agonizante espera.
Cuando las puertas de la sala de emergencias finalmente se abrieron, una enfermera sacó a Henry, aún inconsciente.
—Doctora, ¿cómo está mi hijo? —preguntó Ella ansiosamente.
—Lo siento, hemos hecho todo lo que podemos... La hemorragia cerebral ha causado daños significativos y ahora está en estado vegetativo. Si no despierta en tres semanas... podría permanecer así para siempre.
Ella sintió un fuerte zumbido en su cabeza.
Eric le dio unas palmaditas en el hombro silenciosamente.