—Ella se detuvo, un poco atónita por el final abrupto de la llamada de Henry —murmuró—. En verdad, ni siquiera estaba segura de cómo habría respondido al darse cuenta de que, a pesar de su habitual agudeza, las palabras la habían abandonado. Henry había entendido hace tiempo la imposibilidad de sus sentimientos y había dado un paso atrás por su cuenta.
—Mientras tanto, en el otro extremo, Henry estaba sentado en el balcón, mirando las luces que parpadeaban en la noche, sintiéndose tan perdido como el paisaje urbano frente a él —pensaba—. Su madre estaba en prisión, el paradero de su padre biológico era desconocido y la persona que más le importaba estaba fuera de su alcance. Una dolorosa sensación de vacío se apoderó de él, haciéndole preguntarse sobre el significado de su vida.