Rachel finalmente levantó la cabeza, sus grandes ojos rebosantes de lágrimas, llenos de gratitud como si hubiera visto a un salvador. —Olivia... ¡gracias!
Olivia respondió orgullosamente y con suficiencia, —Simplemente no soporto ver a la gente comportarse demasiado arrogante, ¡siempre molestándose con los demás!
Las estudiantes cercanas estallaron en risas. —¿Molestarla? ¡Solo estamos diciendo la verdad!
—Sí, ella es así, ¿y no se nos permite decir nada? Uf, ¡doble cara!
Rachel empezó a llorar aún más fuerte. Olivia recordó que Rachel había estado de su lado, así que unió su brazo con el de ella. —Deja de llorar. Encontraré una forma de darle una lección a esa chica salvaje.
Un destello de alegría cruzó el corazón de Rachel. —Gracias, Olivia, pero realmente no vale la pena causar problemas por mí...
—Valga la pena o no, una vez que intervengo, ¡esa chica se va a caer! —Olivia declaró, pavoneándose como un pavo real orgulloso mientras miraba fríamente a las chicas alrededor.