De vuelta en la habitación, Hannah miró su rostro hinchado en el espejo, que tenía varias cicatrices repulsivas.
Estas cicatrices fueron claramente infligidas intencionalmente por esas mujeres.
—¡Hannah! Te he advertido tantas veces que no actúes imprudentemente. ¡Mira cómo estás ahora, no solo está tu reputación arruinada, sino tu rostro también está destruido! —gritó Brianna, hirviendo de ira.
Hannah se sentó en silencio, mirando fijamente su rostro arruinado, sus ojos llenos de lágrimas.
—A estas alturas, no sirve de nada hablar de ello... —dijo Brianna, con el corazón roto—. ¡Dime, por qué fuiste a la sala VIP con el señor Taylor? ¡Estaba charlando con las otras damas y no te vi en absoluto!
Una sonrisa amarga se extendió por los labios de Hannah. Con este incidente, Eric nunca volvería a interesarse en ella, ¿verdad?