Aunque Brianna había logrado desactivar la situación incómoda, la actitud de Roberto hacia Hannah seguía siendo fría.
Una vez de vuelta en su habitación, Brianna marcó el número de su contacto para continuar investigando el asunto del cuadro.
—El viejo señor Carter realmente se puso de parte de esa chica. ¿Podría ser que realmente no vendió el cuadro? —El rostro de Brianna se volvió pálido de ira.
Ella esperaba que Ella fuera reprendida por Roberto esta noche.
—Mamá, tal vez el sirviente escuchó mal, o el viejo señor Carter le dio los dos millones a Ella por gratitud, —Hannah también estaba descontenta, pero creía que el sirviente sobornado no mentiría.
—Dejemos este asunto de lado por ahora. Llama a Eric y ve si puede venir a cenar, —un destello de cálculo brilló en los ojos de Brianna.
Si su hija pudiera casarse con tal hombre, su posición sería aún más segura.
Hannah levantó el teléfono y marcó el número de Eric, pero nadie respondió.