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—Bebé, tu hermano mayor tal vez se convierta en alguien que necesite un poco de paliza últimamente. Así que, si me ves en la escuela, ignórame. Volveré contigo después de un tiempo.
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Esta persona le gusta cambiar sus apodos cada pocos días.
Amalia mira la palabra "bebé" al principio y piensa que podría haber un malentendido.
El él del pasado era más que suficiente como para darle una paliza, no solo recientemente.
Ella lee repetidamente este mensaje y tiene que admitir que su corazón preocupado finalmente se ha calmado.
Es bueno que él estuviera bien.
Amalia guarda el comunicador y entra en la residencia de la Maestra Dugu.
—Aquí venimos. —La Maestra Dugu despide a un invitado y ve a Amalia cuando sale.
Debido al disipante aroma de hueso, ella tiene una profunda impresión de Amalia y, como quiere hablarle de algo, la invita a entrar a la habitación.
Amalia se para junto a la cama y se quita la camisa, revelando accidentalmente su cuerpo cubierto de moretones.