—Aún no. Ella necesita otro tratamiento —dijo Shen Shoushan.
El Maestro Shen comprendió que un tratamiento no era suficiente para tratar a Ren Liqiu. Sin embargo, estaba impresionado con la habilidad de Bai Xifeng.
Todos los farmacéuticos que habían invitado no tuvieron resultados positivos. Solo Bai Xifeng lo hizo.
—¿Es así? Entonces, deberíamos invitar a Bai Xifeng a quedarse en nuestra casa para tratar a Liqiu —sugirió el Maestro Shen.
Shen Shoushan no había pensado en esto antes. Sí, era mejor que Bai Xifeng se quedara en su mansión.
—Consultaré al Señor Long sobre eso —asintió Shen Shoushan. Se dirigió a un sirviente—. Por favor preparen algo de comida para el Señor Long y su gente.
El sirviente asintió y salió del patio. Uno de los sirvientes se escabulló del patio y fue al de Mo Shuang.
—Señorita Mo, vengo para informarle sobre la Joven Señora —dijo el sirviente.
—Por favor, pasa —dijo Mo Shuang.
