Qiu Bai salió de su habitación y luego salió de su casa; su esposa seguía en el pueblo, probablemente pasando el tiempo en la taberna, y él se burló. Aunque no tenía la elegancia y gracia de esas p*tas, todavía era mejor que ellas, su rostro solo, a la edad de cuarenta años, podía ganar a muchos sin problemas, ¡y esa mujer pasaba su tiempo con esas descaradas p*tas en vez de con él, qué z*rra!
Por eso nunca quiso casarse con esa mujer, sabía que era desvergonzada y que no le importaría en lo absoluto. Si no fuera por el hijo que tuvo, esa mujer ya habría traído a otro tritón a la casa, de no ser por Yu Cheng, quién sabe cómo habría sido tratado por su esposa. Si solo Madre Yu se hubiera casado con él, en lugar de esa mujer— realmente no podía entender por qué esa mujer lo rechazó.
Él era mucho mejor que ese bastardo que ella trajo a casa para casarse, ¿qué tenía ese bastardo? ¿Una cara tímida? ¿Andar seductor? ¿Voz sensual? Aparte de eso ¿qué tenía! Él era mucho mejor que él.