—¡Mamá Jiang! ¿Qué está diciendo? Mi tritón es un esposo honesto y leal, ¡él nunca haría algo así! Cuando nos vendimos a usted, mencionamos claramente que solo haríamos el trabajo de fondo y nunca jamás nos encargaríamos del trabajo frontal de atender clientes. ¡Mi esposo no es una persona que vendería su cuerpo, ni yo soy un monstruo para vender a mi esposo! ¡Por favor, hable con propiedad!
—Entonces, ¿sabes que te vendiste a mí, verdad? Cuando ni tu madre ni tu padre quisieron hacerte cargo, yo te acogí y ¿así es como me pagas? ¿Qué importa si tu esposo tiene que atender a los clientes en mi tienda? ¡Debería considerarse afortunado de que esas mujeres ricas estén dispuestas a pagar por él! —La voz de mamá Jiang se volvió fría y luego hizo una señal a los matones detrás de ella, quienes torcieron el cuello y apretaron los puños.