Después de comer, madre Lin volvió a su habitación para dormir la siesta mientras Su Wan se sentaba bajo la sombra del árbol con Lin Yan y los demás. Sabía que esos cinco bribones querían decirle algo, venga, era realmente difícil ignorarlo con todos ellos echándole miradas furtivas y en el caso de Lin Yu y Lin Chen, sonrojándose.
—¿Qué pasa? —preguntó Su Wan, incapaz de contenerse más, después de que los hermanos le lanzaran algunas miradas más.— ¿Por qué me miran así?
—Wan Wan, eso... eso... oh —tartamudeó Lin Chen mientras hablaba, su rostro se ponía cada vez más rojo con cada palabra antes de finalmente tomar una profunda respiración y soltar— hoy es nuestra noche de boda.
Aunque Su Wan le prestaba atención, Lin Chen habló tan rápido que no logró captar bien lo que dijo, por lo que no pudo evitar fruncir el ceño:
—Lo siento, ¿qué has dicho?
