Para cuando Su Wan terminó con su diatriba que lanzó a la antigua familia Lin hasta que estuvieron ahogándose en su saliva, Lin Ze y cada uno de la familia Lin estaban estupefactos mirando a Su Wan como si ella acabara de hacer aparecer otra cabeza sobre su cuello.
—¡Tú...! —Lin Ze, que nunca había luchado contra una pendenciera, quedó atónito sin palabras ante el regaño de Su Wan; realmente nunca pensó que esta pequeña chica que ni siquiera tenía dieciocho años no solo se atrevería a alzar la voz contra él sino también regañarlo, ¡su mayor! Lin Ze balbuceó aparentemente sin palabras, viéndolo actuar así la multitud se rió entre dientes lo que encendió aún más su ira. Lin Ze, que sentía que realmente había perdido la cara, levantó la mano y gritó señalando a Su Wan:
— Mujer despreciable, a ver si no me atrevo a enseñarte una lección como el jefe de esta familia.
* Bofetada *
