Yang Meiyi miraba la hora mientras yacía en la cama y se preguntaba dónde había ido Fu Mingze. Ya han pasado dos horas, ¿por qué no ha vuelto aún?
Justo cuando pensaba en llamarlo, la puerta de la habitación se abrió y Yang Meiyi cerró rápidamente los ojos, fingiendo estar dormida. Sintió cómo se acostaba a su lado y la rodeaba con su brazo diciéndole —Te amo.
Yang Meiyi abrió los ojos y se volvió hacia él preguntándole —¿Estás enojado conmigo?
Fu Mingze negó con la cabeza mientras decía —Definitivamente no contigo. Estoy enojado conmigo mismo por intentar quitarte lo que más querías y eso es un hijo propio.
—Si hubiera conocido tus miedos entonces nunca habría mentido sobre tomar las pastillas, solo pensé que no querías tener un hijo conmigo.
—¿Cómo pudiste pensar eso? —Fu Mingze preguntó mientras colocaba una mano en su vientre diciendo— Siempre he querido formar una familia contigo, Yang Meiyi.
