Nie Yujie se giró al ver que Gu Zhen le tendía la mano. Quería negarse pero al ver la mirada suplicante en sus ojos, ni siquiera supo en qué momento había aceptado su mano.
Ambos bailaron en silencio por un rato antes de que Gu Zhen rompiera el silencio. —Sé que necesitas tiempo pero cuando te sientas lista, siempre estaré aquí.
Nie Yujie miró a Gu Zhen y finalmente preguntó. —¿Por qué te tomó tanto tiempo buscarme? ¿Reconocer que ella no era yo? Pensé que decías que me amabas.
—Lo hago y nunca podré perdonarme. Sabiendo que estabas en una situación tan terrible no me di cuenta. Eres la única que tengo Nie Yujie, por favor no me dejes. Prometiste perdonarme si la mataba.
Nie Yujie desvió la mirada por un momento y de repente preguntó. —¿Su cuerpo? ¿Qué hiciste con él?
—Lo tiré al mar para que los tiburones se alimentaran.
Nie Yujie soltó una carcajada y dijo, —Ella se merecía algo peor que eso.