—Sus manos se deslizaron por debajo de su ropa, las partes que no había arrancado y lentamente se dirigieron hacia abajo —la mano fría contra su vientre se sentía bien y ella se retorció debajo de él. Intentó empujar su cabeza, pero él tomó sus muñecas con una sola mano y las puso sobre su cabeza.
—Él tiró de su capullo antes de soltarlo, Mauve jadeó ante la ola de éxtasis. Su mano en su vientre siguió hacia abajo y ella se tensó cuando su mano se posó en su pelvis.
Detuvo sus dedos y miró hacia su cara, ella se sonrojó al encontrarse con su mirada —su rostro ya ruborizado mostró más color. Miró hacia abajo inmediatamente pero él ya había visto la lujuria en su mirada. Aunque no lo necesitaba, ya podía oler su excitación, era todo lo que podía oler.
Los lomos de Jael se incendiaron, podía jurar que cualquier sangre que tuviera estaba en su región inferior —debería detenerse ahora, pero sabía que no podía, no cuando ella estaba acostada con esa expresión en su rostro.