—Sus fríos labios la hicieron tensarse un poco, pero cuando su cálida lengua se adentró en su boca, Mauve se encontró abriéndose a él —sus labios se separaron y ella le correspondió el beso—. Escuchó un gruñido bajo de él antes de que su mano izquierda se enrollara alrededor de su cintura.
—La atrajo hacia él y profundizó el beso, sus incisivos eran más largos pero de alguna manera no afectaban el beso —se dejó derretir en sus manos mientras sus piernas lentamente se volvían gelatina—. Sintió un golpe en su abdomen, pero no le prestó atención.
—Mauve sintió su mano en su pecho y respiró hondo, pero él no la dejó ir, ni permitió que rompiera el beso —él apretó suavemente y Mauve sintió un cosquilleo subir por su columna—. Jadeó y rompió el beso, pero él no permitió que se liberara de su agarre.