—¿Qué tal un beso? —preguntó.
Zein no evitó la mirada, ni se alejó. Miró directamente de vuelta a los orbes ámbar; se veían bonitos, como un fuego tenue, una pasión cristalina. Parecían piedras de ignición, y sentía que podría quedar atrapado en la llamarada que creaban.
Miró las marcas de escamas debajo del ojo y descubrió que no eran marcas, sino escamas reales, brillando en su negrura. Una leve cicatriz sobre la ceja aparentemente perfecta, le recordó la sangre que vio en esa cara hace cuatro años.
Le hizo darse cuenta de que esta era la primera vez que miraba claramente el rostro del esper.
Había una línea esperando ser cruzada, pero Zein no se permitió cruzarla. —No —respondió.
—Tsk —Bassena hizo clic con la lengua, pero no había una decepción aparente en su rostro. Claramente, había esperado esta respuesta. En cambio, una sonrisa juguetona danzaba en sus labios. —¿No deberías seguir la corriente? —inquirió.
—¿Qué corriente? —Zein inclinó la cabeza, sin reconocimiento alguno de turbación.
El esper soltó una risita, el fuego en sus ojos se dispersó en calidez. —Como que yo esté desnudo, y estemos solos, y todo sea bonito... —expuso.
Zein suspiró, y murmuró bruscamente, —Tan persistente...
Era su señal para retroceder, así que Bassena se encogió de hombros y se desplazó hacia un lado, apoyando su cuerpo en la orilla del lago y sosteniendo su cabeza con el codo sobre el pasto. —¿No es normal ser persistente al perseguir a alguien a quien estás cortejando? —cuestionó.
Cortejando... Zein bufó. Honestamente, estaba un poco confuso acerca de este esper. Había pensado que el flirteo del esper era un truco que usaba para atraer a Zein a su gremio. Pero había momentos en los que veía la sinceridad en las palabras y acciones de Bassena.
Y porque ahora sabía, que en verdad se habían encontrado antes, en una situación de vida o muerte, no menos.
Entonces recordó, cuando se encontraron dentro de la caseta de vigilancia.
—Vengo a verte —mencionó el esper.
—Si tú murieras, yo no podría sobrevivir —le confesó.
Se sintió más verdadero de lo que Zein pensaba. Porque sí pensó en simplemente dejar que todo se fuera en ese momento, dentro de la oscuridad del dormitorio de los gemelos. Entonces tal vez no se hubiera encontrado con este hombre, a un paso de la erupción.
Había algo que Alma —su figura de hermana mayor— dijo acerca de los esper que regresaron del borde de la erupción. Apego.
Era fácil para un esper encariñarse con el guía que los sacó del borde de la erupción. No había nada raro o especial en eso, ya que era una reacción normal de alguien cuya vida fue salvada. Justo como cómo un hombre moribundo sentiría inmensa gratitud hacia alguien que los curara.
Pero guiar tocaba el alma, el mismo núcleo de un ser vivo. Por lo tanto, el apego que se formaba a partir del guiar era más profundo.
Por eso Zein huyó tan pronto después de purificar a Bassena hace cuatro años. Siempre fue firme en rechazar a los esper debido a este asunto del apego. Simplemente nunca pensó que Bassena seguiría buscándolo con persistencia después de años.
Zein miró hacia abajo, al deslumbrante cabello rubio platino, peinado hacia atrás y mojado por el agua. Los ojos cerrados, y la cara relajada como si el hombre estuviera tomando un baño de sol.
Para alguien que lo persiguió con persistencia durante cuatro años, Bassena era... paciente. Y fue esta paciencia la que poco a poco conmovió a Zein, consintiendo las pequeñas peticiones del esper, permitiéndole ejercitar sus avances.
Aunque Zein sabía que sería malo consentir en este apego.
—Cuando dijiste que querías que yo fuera tu exclusivo...
—¡Ah, espera! —Zein giró la cabeza y levantó la ceja ante la cara agitada del esper—. Fue tan sorprendente e inesperado como aquella vez con la conversación sobre la rata. El hombre miró hacia él con una expresión avergonzada—. En mi defensa, no tenía idea de que 'guía exclusivo' tuviera un significado peyorativo en la zona roja. Así que me disculparé primero.
Zein parpadeó. En realidad solo quería confirmar esa cosa del 'apego' que Alma le había dicho y trazar la línea allí. Pero ahora que el esper lo mencionó...
Es verdad que Zein se fue porque no quería enredarse con un esper aleatorio que conoció en una cueva oscura, pero la mitad de su actitud espinosa también venía de ese término: Guía Exclusivo.
Claro, Zein sabía ahora que el término tenía un significado diferente en otro sitio. Originalmente era un nombre para un contrato exclusivo entre un esper y un guía, donde el guía bajo el contrato usaría su habilidad únicamente para guiar al esper con el que contrató y a nadie más. Algunos esper de estrellas altas tenían guías exclusivos porque necesitaban guiar constante y dedicado.
Y usualmente, los contratos exclusivos marcaban el mayor prestigio para un guía, con una paga generosa y un trato de alto rango basado en la clase del esper. Por lo tanto, ser un guía exclusivo para un joven de clase Santa rico como Bassena Vaski sería el sueño de la mayoría de los guías. Era comprensible que Bassena se sintiera extrañado por ser rechazado ese día, cuando todos los demás guías lo deseaban en cambio.
Pero en la zona roja —y cualquier parte turbia de la zona superior— guía exclusivo también se usaba como un término para 'guía esclavo', lo que se refería a guías enredados en contratos injustos con un gremio u organización. Guías que eran 'poseídos' por esos establecimientos. En algunos casos, estos guías esclavos incluso se convertían en prostitutas. Existían burdeles de guías para aquellos que buscaban el servicio de estos guías 'exclusivos'.
Zein, esencialmente, era uno de esos esclavos.
—Yo era... inmaduro en ese entonces, y no sabía mucho sobre otras partes del mundo —continuó Bassena con una voz desprovista de su confianza habitual—. Solía pensar que todos me aprobaban por mi poder, que la gente naturalmente querría estar de mi lado. Lo cual claramente no es verdad, viendo cómo terminé en esa situación en primer lugar.
Zein se inclinó, tratando de mirar en la cara agitada de Bassena. Pero el esper miró hacia otro lado, con un toque de rojo en sus orejas. Parecía alguien que se avergüenza al hablar de su historia oscura.
—¿Así que ahora eres maduro? —Zein sonrió con suficiencia, inclinándose sobre la cabeza del esper.
Bassena se sumergió más en el agua, sentándose en el suelo de la orilla del lago hasta que el agua le llegó al cuello.
—Un poquito... —murmuró en voz baja, antes de mirar al guía—. Al menos, ya no soy un mocoso.
Ah—Zein recordó entonces. Esa fue realmente la primera pista que el esper le dio.
—Porque odias lidiar con un mocoso, ¿verdad?
Zein no recordaba mucho, en realidad. En primer lugar, solo lo dijo porque estaba enfadado y buscando una excusa para irse, así como lanzando insultos.
Pero parece que Bassena se lo tomó bastante en serio. Se rió por lo bajo y miró hacia arriba, sintiéndose bien acerca de este imponente y poderoso esper actuando todo agitado y pareciendo lindo. Era en momentos como este que Zein se daba cuenta de que Bassena era más joven que él. Fue un reflejo entonces, algo de su subconsciencia, cuando su mano se movió y le dio unas palmaditas a los hilos plateados.
Bassena miró hacia arriba, pero Zein no lo estaba mirando. La mano que acariciaba seguía moviéndose, acariciando su cuero cabelludo. Pero los ojos azules del guía estaban contemplando el paisaje; la cascada retumbante, la vegetación exuberante, las flores coloridas; el dosel del árbol, y la luz que se filtraba desde arriba como luz solar eterna.
Era bonito, nada parecido a aquel día, lleno de aire asfixiante y oscuridad, de sangre y furia. Y malentendido.
—¿Por qué no me lo cuentas simplemente? —preguntó Zein, deteniendo su mano. Necesitaba algo para sacudirse, pero si Bassena le contara el evento, él podría haberse acordado más rápido.
—Hmm... —el esper miró hacia adelante a la superficie del lago, decepcionado por la parada de las palmaditas—. Si tuviera que decirlo, entonces... orgullo, supongo,
—¿Orgullo? —Zein inclinó la cabeza.
Bassena se rió, causando un pequeño remolino en la superficie del lago. —Quería decírtelo, al principio. Pero entonces, ¿qué importa si no puedes recordar? Significa que soy tan poca cosa en tu mente. Hiere mi orgullo tener que hacer que recuerdes.
Huh—eso era bastante lindo. Zein miró hacia abajo, y se encontró con los ojos ámbar que lo miraban. —Y luego pensé —bueno, en lugar de hacerte recordar ese momento terrible en el que parecía ofenderte, preferiría causar una nueva impresión por completo, —el esper se encogió de hombros con una sonrisa.
—¿No vas a lavarte tú también? —Bassena apoyó su cabeza en la rodilla del otro, el agua se filtraba en los pantalones de Zein.
El guía bajó la mirada y frunció ligeramente el ceño ante los dedos que le frotaban la pantorrilla bajo el agua. —Yo no me cubrí de savia,
—¿Pero dónde más encontrarías un estanque agradable dentro de un lugar mortal como este? —Bassena sonrió, salpicando un poco de agua para burlarse del guía—. ¿Quién sabe cuándo podrás visitar este lugar de nuevo?
Zein observó el lago y la cascada. Tan diferente del río negro que habían seguido la semana pasada. Tan diferente del arroyo turbio de la zona roja. La frescura en su piel, la superficie brillante... tendría que despedirse de este lugar en un rato. ¿Mañana? ¿Al día siguiente? Aun si se quedaran aquí por el resto de la expedición, tendrían que regresar en una semana.
—Después, —dijo Zein, definitivamente no a causa del hormigueo del toque del esper.
—¿Y cuándo es después?
Zein miró hacia abajo, asomándose al interior del agua. —Cuando ya no estés tan excitado.
Ante eso, el esper sonrió. —No hay nada que pueda hacer al respecto,
—Quizá si dejas de tocar mi pierna...
```
—Pero estoy tratando de seducirte aquí —Bassena extendió más sus labios con la pobre excusa, los dedos frotando entre los dedos de los pies de Zein.
Zein cruzó su otra pierna, la que no había metido en el agua, y apoyó su cabeza en su rodilla, mirando hacia abajo al travieso esper. Sin embargo, no retiró la que estaba siendo manipulada dentro del agua.
Con una voz más bien divertida, habló mientras le daba un toquecito en la frente al esper —Hablaste de romance y esas cosas, pero ¿no es esto solo lujuria ahora?
Sin quitar la sonrisa de su rostro, Bassena giró la cabeza, presionando sus labios en la empapada rodilla del guía —Parece ser difícil seducir tu corazón, así que intentaré seducir tu cuerpo primero —los ojos ámbar se estrecharon en medias lunas, mirando hacia arriba en el profundo azul —En ese aspecto tengo bastante confianza.
Zein no dio ninguna respuesta, pero tampoco regañó al esper. Simplemente miró cómo se movía el esper, levantando ese glorioso cuerpo y enfrentándose a él, dejando que sus ojos se deleitaran libremente con la piel bronceada y los músculos enroscados.
Bueno, ciertamente tenía todas las razones para sentirse confiado.
Zein, por otro lado, calmadamente tocó la mejilla del esper —Lástima. Deberías haberlo dicho antes de que yo lo hiciera hace cuatro años.
—...¿eh? —Bassena, tal vez no pensó que el guía lo trataría como a un niño del vecindario pidiendo algo de experiencia, respondió atontadamente.
—Ahora todo lo que recuerdo es sentirme mal y con dolor.
Bassena parpadeó. Recordando la expresión de dolor en el rostro de Zein en ese momento, las cejas fruncidas y la cara arrugada. Cuando lo pensó, por supuesto que no habría manera de que Zein se preparara adecuadamente ya que fue una emergencia. En primer lugar, este guía dijo que nunca había usado ese método antes, ni después, de hecho.
—Eh... eso... —su voz ya no era baja y seductora, volvió a la turbación anterior. Pero el esper de alto estatus era una criatura sin vergüenza desde el principio, así que Bassena se le ocurrió una réplica casi al instante —Bueno, ¿no es esa la razón por la que deberíamos hacerlo? Dado que la primera vez se hizo de una manera menos adecuada, tengo que hacer que la próxima se sienta bien...
—Suenas como un vendedor —Zein entrecerró los ojos.
```
—¿Pero no es una lástima? —Bassena insistió de una manera extraña—. Es la única vez que lo hiciste, pero te sentiste horrible. Es molesto que tu memoria de mí debería estar asociada con una experiencia negativa —el esper hizo un clic con la lengua.
Al parecer, se sentía molesto. Pero Zein simplemente se encogió de hombros y comentó brevemente:
—Ese no es mi problema.
—¿Cómo que no es tu problema? —Bassena frunció el ceño y luego levantó una de sus cejas de manera burlona—. ¿No quieres saber por qué la gente dice que guiar con sexo es lo mejor?
Ahora fue Zein quien levantó la ceja, y una vez más se recostó sobre sus brazos:
—Parece que lo haces a menudo, ¿verdad señor de clase Santa?
—Ah... —Bassena parpadeó y desvió la mirada por un momento—. Hmm... ¿no realmente?
—Mentiroso —Zein sonrió—. Bueno, no era asunto de él lo que el esper hiciera, pero era bastante divertido burlarse del hombre al respecto.
Bassena simplemente contempló los labios estirados y preguntó con más calma:
—¿Es realmente tan malo? ¿Tanto que no quieres experimentarlo?
—Esa no es la razón —Zein suspiró y luego sonrió dulcemente, despiadadamente—. Pero la respuesta sigue siendo no.
—A pesar de que disfrutabas mirando...
—Gracias por la vista, supongo.
—¿Tan solo un beso entonces?
—No.
—Tsk —Zein sonrió ante la cara de enfado del esper, y echó una toalla sobre la cabeza que seguía goteando agua en sus pantalones. Con la tenacidad de un hermano mayor con dos gemelos enérgicos bajo su cuidado, Zein fregó la toalla con fuerza sobre el pelo rubio platino, provocando que la cabeza del esper se sacudiera con la fuerza.
—Ah, espera —¡hey! —Bassena cerró los ojos ante el ataque inesperado, protegiendo sus órbitas de ser pinchadas por su cabello mojado—. ¡Maldita sea —cómo puedes ser tan fuerte —ugh...
—Je —Zein rió, golpeando sin piedad la pobre cabeza del esper en una farsa de movimiento de secado.
Tal vez porque estaban rodeados de un hermoso paisaje; un lago sereno, una conversación pacífica, y aire fresco con aroma a flores —Zein se sintió inusualmente ligero. Su corazón, de todos modos. Incluso este hombre, un esper, parecía bastante lindo. Probablemente por su cabello mojado, suelto y desordenado por las ministraciones de Zein, y su reacción sincera que estaba desprovista de fingida solidez y habitual arrogancia. El hombre de repente parecía joven, con cierta infantilidad en su rostro enfadado, una inocencia perdida atrapada dentro de un poderoso poder.
Zein dejó de frotar, con la mano apostada a ambos lados de la cabeza del esper.
—Ugh, ¿ya terminaste? —Bassena gruñó, miró hacia arriba y se quedó helado. Zein lo miraba, pero los ojos azules parecían bastante distantes, como si el guía estuviera en profunda contemplación—. ...¿qué
—Sin lengua. Mantén tus manos —Zein abrió la boca, y Bassena simplemente parpadeó, aturdido. Procesando silenciosamente las palabras.
—... —segundos pasaron, pero el esper seguía mirando fijamente sin responder.
Zein apretó su agarre en la cabeza del más joven ligeramente—. ¿Tu respuesta?
—¡Sí! Quiero decir... sí, de acuerdo —¡sí! —Bassena respondió apresuradamente, en un reflejo repentino. Ni siquiera tuvo tiempo de procesarlo realmente hasta que los ojos azules y el hermoso rostro se acercaron tanto que ya no pudo verlo, cuando la línea entre ellos se rompió y unos labios firmes se presionaron contra los suyos.