Alejandro siseó de frustración mientras dejaba los documentos que estaba leyendo. Desafortunadamente, el rostro de esa mujer era una distracción total, y le hacía leer la misma línea una y otra vez.
Afortunadamente, un golpe en la puerta lo distrajo. Era Eric Crawford, uno de sus buenos amigos y su abogado. Había llegado con el contrato matrimonial que Alejandro había solicitado anteriormente.
—Esto... ¿Qué está pasando, Xander? —preguntó Eric al entregarle el contrato.
—No es nada —respondió Alejandro cansadamente.
El rostro de Eric se contrajo de frustración. A Alejandro nunca le había gustado explicarse, pero Eric necesitaba expresar sus preocupaciones.
—Para empezar, ¿sabías que tu Rain Clayton realmente encabezó el reciente examen de abogacía? Así que al menos no te estás casando con una idiota.
El ceño de Alejandro se frunció al escuchar las palabras de Eric. Rain Clayton no era 'suya', y si dependiese de él, nunca lo sería. Su corazón aún anhelaba a Carla.